viernes, 2 de marzo de 2018

El Via Crucis

Cristo Camino del Calvario, La Verónica. Relieve anónimo, escuela castellana, S.XVII (h.1640). Parroquia de San Miguel (Saldaña)
El rezo del Viacrucis en Cuaresma, sobre todo los viernes, y muy especialmente el del Triduo Pascual, es una de las devociones más arraigadas en nuestra Diócesis. El pueblo creyente medita y reza la Pasión y Muerte del Señor con devoción, recorriendo catorce estaciones que van desde la condena de Jesús hasta su Santo Entierro. San Juan Pablo II añadió una estación más: Jesus resucitó al tercer día de entre los muertos.

Tiene su origen en el S. IV en Jerusalén. Los peregrinos que acudían a la ciudad santa recorrían la llamada posteriormente “vía dolorosa” meditando la Pasión del Señor. La costumbre se extendió por Occidente poco a poco y se consolidó a partir del S. XII.

Fueron, con toda seguridad, los Franciscanos los primeros en establecer la devoción al Santo Viacrucis. Llegaron a Tierra Santa en 1217, y se les concedió la custodia de los santos lugares en 1342 por Clemente VI, contribuyendo a la devoción de la Pasión, Muerte y Resurrección. Más tarde los Dominicos iniciaron el rezo del Viacrucis, con los misterios dolorosos de la Pasión.

La primera vez que se utiliza la palabra Viacrucis con sus estaciones, tal como hoy las conocemos, fue en 1458, y el autor fue un peregrino inglés llamado Guillermo de Wey. Ante las dificultad de peregrinar a Tierra Santa, ocupada por los musulmanes desde el S. XV, Inocencio XI concedió en 1686 a los franciscanos el derecho a erigir estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias obtenidas por visitar los Santos Lugares de  Jerusalén fuesen concedidas a los que hiciesen esa práctica en sus templos.

Benedicto XIV exhortó en 1773 a todos los sacerdotes a enriquecer las iglesias con el tesoro del “viacrucis”, y se comenzaron a colocar cruces y cuadros bendecidos en todas las parroquias, y se convocó al pueblo cristiano a ejercitar esta santa devoción.

En muchos retablos -del XVI, XVII y XVIII- encontramos temas relacionados con el tema, como son las tres caídas, la Verónica, o el encuentro de Cristo con su Madre. Escenas tomadas de los evangelios canónicos y también de los apócrifos.

Señor, Dios nuestro que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio, alcanzar en el cielo los premios de la redención.


No hay comentarios:

Publicar un comentario