martes, 28 de febrero de 2017

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2017

Queridos hermanos y hermanas:

La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016).

La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia. En concreto, quisiera centrarme aquí en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc 16,19-31). Dejémonos guiar por este relato tan significativo, que nos da la clave para entender cómo hemos de comportarnos para alcanzar la verdadera felicidad y la vida eterna, exhortándonos a una sincera conversión.

El otro es un don

La parábola comienza presentando a los dos personajes principales, pero el pobre es el que viene descrito con más detalle: él se encuentra en una situación desesperada y no tiene fuerza ni para levantarse, está echado a la puerta del rico y come las migajas que caen de su mesa, tiene llagas por todo el cuerpo y los perros vienen a lamérselas (cf. vv. 20-21). El cuadro es sombrío, y el hombre degradado y humillado.

La escena resulta aún más dramática si consideramos que el pobre se llamaa Lázaro: un nombre repleto de promesas, que significa literalmente «Dios ayuda». Este no es un personaje anónimo, tiene rasgos precisos y se presenta como alguien con una historia personal. Mientras que para el rico es como si fuera invisible, para nosotros es alguien conocido y casi familiar, tiene un rostro; y, como tal, es un don, un tesoro de valor incalculable, un ser querido, amado, recordado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano (cf. Homilía, 8 enero 2016).

Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil. Pero para hacer esto hay que tomar en serio también lo que el Evangelio nos revela acerca del hombre rico.

El pecado nos ciega

La parábola es despiadada al mostrar las contradicciones en las que se encuentra el rico (cf. v. 19). Este personaje, al contrario que el pobre Lázaro, no tiene un nombre, se le califica sólo como «rico». Su opulencia se manifiesta en la ropa que viste, de un lujo exagerado. La púrpura, en efecto, era muy valiosa, más que la plata y el oro, y por eso estaba reservada a las divinidades (cf. Jr 10,9) y a los reyes (cf. Jc 8,26). La tela era de un lino especial que contribuía a dar al aspecto un carácter casi sagrado. Por tanto, la riqueza de este hombre es excesiva, también porque la exhibía de manera habitual todos los días: «Banqueteaba espléndidamente cada día» (v. 19). En él se vislumbra de forma patente la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia (cf. Homilía, 20 septiembre 2013).

El apóstol Pablo dice que «la codicia es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico (cf. Evangelii gaudium, 55). En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz.

La parábola nos muestra cómo la codicia del rico lo hace vanidoso. Su personalidad se desarrolla en la apariencia, en hacer ver a los demás lo que él se puede permitir. Pero la apariencia esconde un vacío interior. Su vida está prisionera de la exterioridad, de la dimensión más superficial y efímera de la existencia (cf. ibíd., 62).

El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia. El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente un mortal. Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación.

Cuando miramos a este personaje, se entiende por qué el Evangelio condena con tanta claridad el amor al dinero: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24).

La Palabra es un don

El Evangelio del rico y el pobre Lázaro nos ayuda a prepararnos bien para la Pascua que se acerca. La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática. El sacerdote, mientras impone la ceniza en la cabeza, dice las siguientes palabras: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». El rico y el pobre, en efecto, mueren, y la parte principal de la parábola se desarrolla en el más allá. Los dos personajes descubren de repente que «sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él» (1 Tm 6,7).

También nuestra mirada se dirige al más allá, donde el rico mantiene un diálogo con Abraham, al que llama «padre» (Lc 16,24.27), demostrando que pertenece al pueblo de Dios. Este aspecto hace que su vida sea todavía más contradictoria, ya que hasta ahora no se había dicho nada de su relación con Dios. En efecto, en su vida no había lugar para Dios, siendo él mismo su único dios.


El rico sólo reconoce a Lázaro en medio de los tormentos de la otra vida, y quiere que sea el pobre quien le alivie su sufrimiento con un poco de agua. Los gestos que se piden a Lázaro son semejantes a los que el rico hubiera tenido que hacer y nunca realizó. Abraham, sin embargo, le explica: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces» (v. 25). En el más allá se restablece una cierta equidad y los males de la vida se equilibran con los bienes.

La parábola se prolonga, y de esta manera su mensaje se dirige a todos los cristianos. En efecto, el rico, cuyos hermanos todavía viven, pide a Abraham que les envíe a Lázaro para advertirles; pero Abraham le responde: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen» (v. 29). Y, frente a la objeción del rico, añade: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto» (v. 31).

De esta manera se descubre el verdadero problema del rico: la raíz de sus males está en no prestar oído a la Palabra de Dios; esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y por tanto a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano.

Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor -que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador- nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua.

Francisco

lunes, 27 de febrero de 2017

Un Libro: Palabras del Bosque

Palabras del Bosque
Ed. Edelvives

 
En una cuidada edición y maquetada con exquisitez, nos encontramos con la recopilación de seis cuentos originales narrados por tres generaciones de una misma familia, en español e inglés, que nos invitan, tanto a niños como a mayores, a descubrir el bosque y todo lo que en él podemos encontrar: un bosque con vida propia que está en peligro de extinción.

El Papa Francisco en la encíclica Laudato Si nos llama a una “conversión ecológica” y a colaborar para que nuestra casa común no se degrade. ¿Qué mundo queremos dejar?

Con la lectura del libro nos concienciamos sobre los temas clave de la importancia del cuidado y preservación del medio ambiente, los objetivos de desarrollo sostenible y nos ofrece una propuesta para la defensa del medio ambiente de la ONG marista SED.

Los beneficios se destinarán a proyectos de esta ONG.

Escuela de Padres del COF

El Centro de Orientación Familiar de la Diócesis organiza para el mes de marzo la Escuela de Padres en la que se abordarán cuestiones orientadas a seguir creciendo como padres y madres.

Los temas en los que se incidirá será aprender a mejorar la autoestima de los hijos, cómo prevenir y abordar el bullying y ciberbullying, o enseñar a los niños a tolerar la frustración. Otra charla profundizará en la importancia de la prevención de adicciones en la infancia y adolescencia. Finalmente se ofrecerán técnicas para ayudar al niño a relajarse y manejar el estrés.

Las charlas se desarrollarán los martes del mes de marzo a partir de las 17:30h en el colegio Divino Maestro. Habrá un servicio de guardería gratuito. El precio del curso es de 35 € por las 5 sesiones. Si se quisiera ir a alguna en concreto el precio es de 10 € por sesión.

Por otro lado, el COF celebra los jueves a las 17:30h en la capilla del Centro un momento de Oración por las intenciones del COF y la comunidad Cenáculo.

Para más información e inscripciones:
Centro de Orientación Familiar de la Diócesis de Palencia

C/ Diego Laínez 6, bajo
34004 Palencia
Tfno: 979 72 69 61
info@cofdpalencia.es
www.cofdpalencia.es

El Centro de Orientación Familiar de la Diócesis de Palencia es un servicio profesional especializado en la atención integral a las dificultades familiares, en la educación positiva e integradora del amor y la sexualidad humana, y en el acompañamiento y acogida de la vida.

domingo, 26 de febrero de 2017

26 de enero de 2017 VIII Domingo del Tiempo Ordinario

  • Is 49, 14-15 Yo no te olvidaré 
  • Sal 61 Descansa solo en Dios, alma mía 
  • 1 Cor 4, 1-5 El Señor pondrá al descubierto los designios del corazón 
  • Mt 6, 24-34 No os agobiéis por el mañana

En quién confío, ¿en Dios o en el dinero? ¡Cuántas veces dejamos de hacer el bien que nos exige el amor cristiano, por miedo a lo que pueda ocurrir el día de mañana! Y no queremos acordarnos de que Dios no se olvidará nunca de nosotros (1 Lect). Nuestra seguridad es Dios, nuestra roca firme, nuestro refugio (Sal). Y, en el Evangelio, el Señor nos insiste en que no nos agobiemos por el mañana sino que busquemos ante todo el reino de Dios y su justicia que lo demás se nos dará por añadidura. Hoy tiene una especial relevancia en el padrenuestro la petición: «Danos hoy nuestro pan de cada día».

jueves, 23 de febrero de 2017

Dani, Álvaro y René reciben los ministerios de Acólito y Lector

René, Álvaro y Daniel en la reciente
ordenación episcopal de D. Antonio Gómez Cantero
El día 25 es un día especial para los tres seminaristas de nuestra Diócesis porque ese día reciben los ministerios de Acólito y Lector. Un hito importante en su itinerario hacia el sacerdocio. La celebración será a las 12h en la Catedral. 

¿Qué supone para vosotros recibir el ministerio de acólito y lector?

René: Es un regalo muy grande. y un modo de ir asimilando lo que ocurrirá, si Dios quiere, con la imposición de las manos. Estos ministerios se nos confieren para el servicio del altar y de la Palabra De Dios y por tanto, para ayudar a los hombres a acercase al Señor.
 
Álvaro: Tras la recepción el curso pasado de la Admisión a las Sagradas Ordenes, los ministerios suponen una gran alegría, por ser recibidos con vistas a la Ordenación. Aunque llevamos años desempeñando las tareas propias de estos ministerios, en los envíos pastorales, significan la capacitación, por parte de la Iglesia, para un servicio en favor de las almas, lo que nos acerca a la configuración con Cristo Siervo, propia del Orden.
 
Dani: Recibir estos ministerios supone una gran alegría y confianza, porque significa que puedo ver cómo la Iglesia continúa confirmando la vocación a la que me llama el Señor. Esta alegría es mayor por poder recibirlos en nuestra diócesis y juntamente con René y Álvaro, porque aquí ha nacido nuestra vocación y juntos hemos ido compartiendo nuestro camino y nuestra vida en fraternidad estos años en el seminario.

¿Cómo definirías estos dos ministerios?
 
Los ministerios de lector y acólito son ministerios laicales. El lector es instituido para la función que le es propia: leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, y el acólito es instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al sacerdote en las tareas litúrgicas, particularmente en el servicio del altar.
 
René, tú estás desarrollando la labor pastoral en la U.P de Frómista. ¿Cómo estás viviendo este momento?
 
El año de pastoral para mí se resume en una palabra: realidad. Cuando uno está estudiando imagina cosas, inventa proyectos. Al llegar a un lugar, todo esto sufre un pequeño derrumbe, y aparece la realidad tal cual es. Como reza un principio de la vida espiritual: “lo que no se asume no puede ser cambiado”. Sin realismo pastoral nuestro trabajo será estéril. En resumen, un año de gracia.
 
Enhorabuena a los tres y desde la Diócesis os damos las gracias, por este nuevo paso que dais en vuestra vocación sacerdotal. Estamos deseando acogeros como nuevos presbíteros.
 
Natalia Aguado León

martes, 21 de febrero de 2017

Casa de Oración y Acogida en Carrión

En pleno Camino de Santiago, en la localidad deCarrión de los Condes se encuentra la Casa de Oración y Acogida Nuestra Señora de Belén de las religiosas Filipenses. Un lugar donde respirar momentos de paz y silencio, que en ocasiones, tanto necesitamos. La casa ofrece unas cuidadas instalaciones para acoger convivencias, retiros, ejercicios espirituales, colonias de verano y dar posada al peregrino.
 
Para más información:
Tfno: 979 88 00 31
cdadcarrion@rfilipenses.com

lunes, 20 de febrero de 2017

Malos tiempos para la verdad

Entre las nuevas palabras que el diccionario de Oxford ha incorporado a su ya amplia lista de vocablos, podemos encontrar la de “posverdad” (post-truth). Cada cierto tiempo las grandes academias de la lengua, las enciclopedias del lenguaje, los bruñidores de palabras nos sorprenden con neologismos.

Decir que vivimos en la “posverdad” es tanto como afirmar que ha llegado la época de la verdad humillada, manipulada y silenciada. Es como si nos dijeran: “Andáis metidos en un bosque oscuro de mentiras amañadas y bien aprovechadas por los que tienen la sartén y el mango también”. Ojo al parche, porque nos va a tocar separar mucha paja del pequeño y verdadero grano de trigo.

Se dice que la verdad de los análisis desapasionados sobre hechos objetivos influye menos en la opinión pública que las emociones y la propaganda. Por Internet circula, cada día, un montón de insultos y descalificaciones sobre personas e instituciones (entre otras, sobre la Iglesia) que influyen más en lo que la gente opina que la pura y sencilla verdad de lo que la realidad suministra.

Parece que la verdad ya no es importante ni relevante. Y como todos vamos por la vida con bastante prisa, no hay tranquilidad, ni tiempo, ni a veces ganas de discernir y buscar serenamente lo auténticamente verdadero para separarlo del matojo enmarañado de intereses con que, cada día, nos llegan los mensajes.

La posverdad es la mentira o falsedad mil veces repetida y ampliada. Son las medias verdades echadas a rodar, como bola de nieve, por la pendiente de la actualidad. Las “medias verdades” pueden ser peor que “mentiras redondas”, y acaban arrastrándonos por la ladera abajo. Como un alud nefasto. En política la verdad se ha devaluado tanto que pasa ya por ser una moneda sin valor alguno.
Hay un refrán que dice: “Cuando el río suena, agua lleva”. Pero ¡cuidado!, porque el río puede también sonar sin llevar agua. Basta con remover las piedras del cauce seco de un arroyo para hacer ruido. 

La época de la posverdad se caracteriza por agitar y remover mucho cualquier impactante noticia (si es escandalosa, mejor) para que la gente se forme una opinión distorsionada, alejada de la verdad entera. Es más cómodo aceptar acríticamente el chisme, el bulo, la descalificación que pararse a discernir para ver si lo que nos llega tiene siquiera un ápice de verosimilitud. Así es como tantas veces se hace daño a las personas y a la verdad misma.

«¿Qué es la verdad?» -preguntó el escéptico Pilatos ante un Hombre que había fundamentado sus enseñanzas en la verdad de su vida y que había dicho aquello de «la verdad os hará libres». Pilatos no recibió respuesta, porque los escépticos no creen en la Verdad, así con mayúscula. Tratándose de Dios, que es la Verdad misma, es ella la que nos sale al encuentro y nos abraza. Lo dijo san Agustín, apasionado buscador de Dios.

Buscar la verdad exige esfuerzo y hacer silencio interior. Algo que hoy se lleva poco o nada. Buscar la verdad reclama abandonar supersticiones, idolatrías y talismanes, de los que está lleno el mercado. Lo avisó san Pablo: «Vendrán tiempos en que se apartarán de la verdad y darán crédito a las fábulas» (2ª Tm 4, 3-4). Estos tiempos parece que ya han llegado. Estamos en la “posverdad”.

¿Y qué ha sobrevenido después de la verdad? Nada bueno. La globalización de la mentira, la charlatanería y el ruido. O sea: la estúpida mensajería de lo superficial.

Eduardo de la Hera

domingo, 19 de febrero de 2017

Obituario

El 17 de febrero falleció el sacerdote, D. Julio Mediavilla González. Natural de Piña de Campos, fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1955. Su trayectoria pastoral comenzó como coadjutor de San Lázaro (Palencia) y simultáneo de Villalobón. Más tarde fue ecónomo de Villalobón y simultáneo de Villajimena; y posteriormente Párroco de Perales y simultáneo de Villafruela y Villaldavín.

De 1962 a 1964 realizó estudios en las universidades de Valladolid y Salamanca. En 1969 es Profesor en el Inst. Jorge Manrique (Palencia). Más tarde fue Profesor de Lengua y Literatura Latina en la U. de Valladolid, y Catedrático de Lengua y Literatura Latina en los Institutos Diego Porcelos (Burgos) y Jorge Manrique de (Palencia).

Fue también vicedirector diocesano de Adoración Nocturna, adscrito a la Parroquia Santa Marina y administrador parroquial de Reinoso de Cerrato.

Descanse en Paz

19 de febrero de 2017 VII Domingo del Tiempo Ordinario

  • Lev 19, 1-2. 17-18 Amarás a tu prójimo como a ti mismo 
  • Sal 102 El Señor es compasivo y misericordioso 
  • Cor 3, 16-23 Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios 
  • Mt 5, 38-48 Amad a vuestros enemigos
Ya en el Antiguo Testamento Dios llamaba a los hijos de Israel a ser santos «porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo» (1 Lect). En el Evangelio de hoy Cristo nos llama a ser perfectos, como nuestro Padre celestial es perfecto. Esa vocación a la santidad la llevaremos a cabo en a través del amor al prójimo. Un amor que nos debe llevar a querer incluso a nuestros enemigos, ya que el Señor es compasivo y misericordioso, y no nos trata como merecen nuestros pecados (Sal). Hoy tiene un realce especial la petición del padrenuestro: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden».

sábado, 18 de febrero de 2017

¿Qué dice el principio de la laicidad?

[DOCAT 214] La Iglesia se muestra crítica con el laicismo que quiere excluir a la religión de la vida pública. Alaba eso sí un tipo de laicidad cooperativa que, aun distinguiendo cuidadosamente entre las competencias de la Iglesia y el Estado, se esfuerce por una colaboración positiva entre ambos mirando por el bien del hombre. Los cristianos estamos llamados a comprometernos de manera especial con la libertad como derecho fundamental básico, la participación política, los principios fundamentales del Estado social, la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa. Los laicistas repiten una y otra vez que en no pocas ocasiones hubo que imponer los principios democráticos a la resistencia cristiana y de la Iglesia. Sin embargo, el principio de la dignidad individual, que es sobre el que se erige cualquier democracia moderna, se asienta en la antropología cristiana. 
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: [396-421-422]


¿Están obligados los cristianos a comprometerse en la política y la sociedad?
[YOUCAT 440] Es una misión especial de los fieles laicos comprometerse en la política, la sociedad y la economía, según el espíritu del Evangelio, la caridad, la verdad y la justicia. Para ello la Doctrina Social de la Iglesia les ofrece una orientación clara.

La participación activa en la política de partidos no es compatible con el ministerio de los obispos, presbíteros y religiosos. Deben estar disponibles para todos.
En el Catecismo de la Iglesia Católica: [2105-2442]


Hambres

Hace muchos años tuve la fortuna de conocer y tratar a Mary Salas Larrazabal, una de las fundadoras de Manos Unidas y una de las grandes de la Iglesia en España en el Siglo XX. Ante lo que hicieron aquellas mujeres -y hacen sus herederas- me quito el sombrero. Y cada vez que vuelvo a Manos Unidas... me acuerdo de Mary.

Era de las convencidas de que en la batalla contra el hambre... nuestro principal enemigo es creer que no podemos vencer. Así lo decía el Manifiesto fundacional de Manos Unidas, cuando en 1960 un grupo de mujeres de la Acción Católica Española lanzaó la primera Campaña contra el Hambre en España, en respuesta a una llamada de la FAO a nivel mundial.

Y vivía convencida de que -y cito palabras suyas- el carisma fundacional de Manos Unidas «se resume en la lucha contra las tres hambres: hambre de pan, hambre de cultura y hambre de Dios. Las tres son importantes y ninguna se debe descuidar».

Porque todo depende del concepto de persona humana que tengamos. Y nosotros vivimos convencidos de que la persona esta «está compuesta de cuerpo, inteligencia y espíritu. Para el cuerpo tenemos necesidad de pan, para la inteligencia de cultura y para el espíritu necesitamos un plus de misterio y gratuidad».

Porque la cultura no será auténtica si se limita a cultivar la inteligencia sin abrir las puertas a un más allá que trascienda el mero conocimiento... «será un cultura chata que producirá personas mutiladas, centradas en el más acá sin apertura a un más allá».

Decía Mary que «el hambre de pan se experimenta directa y naturalmente» y debemos hacer lo posible por remediarlo. Que «el hambre de cultura debe despertarse en la mayoría de los casos». Que «el hambre de Dios puede sentirse de modo difuso pero es preciso lograr que se haga explícito». Y añadía que si renunciamos a saciar el hambre de Dios... a intentar hacer descubrir el hambre de Dios «sin la que no se llega a ser personas completas»... estaríamos renunciando a «una dimensión absolutamente necesaria para cubrir toda la personalidad humana aún las de los que nunca lleguen a descubrir la fe religiosa».

Estoy convencido de que vivimos rodeados de hambrientos... en países lejanos y aquí mismo. Hambrientos de pan, de cultura y de Dios. Incluso es posible nosotros también estemos sintiendo el hambre. Aunque lo sepamos.

Siguiendo el ejemplo de Manos Unidas... luchemos contra el Hambre.

Domingo Pérez

viernes, 17 de febrero de 2017

A mi amigo Luis María

Te despedimos, con emoción contenida, el día 7 de noviembre, en Santervas de la Vega. Allí en medio de aquella multitud abigarrada, solo se respiraba paz, lo que tú fuiste siempre, ternura y amor, lo que tú sembraste, lágrimas, porque nos dejaste comunidad apretada, que siempre creaste.

Nos aliviaba y presidía Jesús, el kyrios, que en ti fue sacramento de lo pequeño, de lo sencillo, al alcance de todos.

En tu cercanía entrañable, de hermano “pequeño”, acogedor, amigo, servicial, testigo de la Palabra, de gestos amables, pero valientes, tocados de parresía, nos saciaba el vino de la alegría, compartido y celebrado en la pequeña fraternidad apostólica.

Despedirte nos rompe el alma. No sabemos vivir sin ti, ¿verdad? Sagrario, Teresa, Chuchi, Begoña, Tote... Pasaste por la vida cual caricia tierna y suave, para los amigos y las comunidades de “un solo pueblo” y de Cervera.

La vida, a veces, se tensiona, cuando nos faltan presencias samaritanas como la de Luis María Caminero Pérez, don y regalo enriquecido en la comunidad, donde se hacía encuentro, diaconía, cercanía celebrativa y festiva, en medio de soledades y consolaciones en nuestros pueblos despoblados, pero tu presencia y aliento, levantaba esperanzas. Eras consciente que en lo pequeño del mundo rural, estaba Dios.

Amigo Luis María, siempre te descubrí en medio de esa legión admirable de mujeres y hombres sencillos, callados, buscadores del bien común, que viven en libertad, profecía y parresía, que muestran una manera nueva de hacer iglesia, un nuevo modelo, un nuevo paradigma, poblado de testigos y profetas hacia el Reino. Propiamente, son profetas anónimos identificados con los más humildes, afligidos, menesterosos, excluidos del mundo rural, pero, eso sí, empleados a fondo perdido en la tarea liberadora, sanadora, humanizadora, como Jesús (LG 35). Ese eras tú, querido y admirado Luis María Caminero Pérez, sacerdote de Palencia.

Nicolás Castellanos Franco
Obispo emérito de Palencia

jueves, 16 de febrero de 2017

Acción Católica General

El pasado día 4 se celebró en la Casa de la Iglesia la asamblea de la Acción Católica General. Al encuentro asistió nuestro Obispo D. Manuel quien valoró el trabajo y la ilusión que ponen los miembros de los distintos sectores de la Acción Católica General. Durante la asamblea, se eligió al nuevo presidente, Isidro Lozano y al responsable de niños, Marco Carrascal.

También hubo tiempo para la convivencia, compartir la Fe, presentar la próxima asamblea  nacional que se celebrará en Santiago de Compostela, hablar de los retos e inquietudes que tienen que afrontar desde los diferentes sectores e informar de los encuentros que se celebrarán en la Diócesis: habrá dos encuentros de jóvenes en el mes de marzo, en mayo un encuentro diocesano de niños y durante el verano el campamento.

Devolver la dignidad

La creciente pérdida de la dimensión trascendente del ser humano en nuestro entorno social ha agudizado todavía más, lo que el Papa Francisco denomina, “la soledad del ser humano”. Esta idea ya la había desarrollado la filósofa Hannah Arendt, discípula de Heidegger, cuando hablaba de la “nostalgia de Dios”. Quienes nos dedicamos a la tarea social, dentro de la Iglesia, sabemos muy bien que, o se mira al ser humano sufriente desde el ángulo de Dios o se queda abandonado a sí mismo en la sórdida intemperie del mundo. Si observamos el famoso cuadro de Rafael que representa la Escuela de Atenas, vemos en el centro a Platón y a Aristóteles. Mientras el primero apunta con el dedo hacia lo alto, diríamos al mundo de las ideas habitado por los dioses, el segundo tiende la mano hacia el observador, hacia el horizonte habitado por los hombres, es decir, hacia la realidad concreta. Quizá, en estas dos direcciones, se encuentre la clave de una buena Pastoral Social.

Aunque Hannah Arendt no hablara de Dios, su pensamiento reconoce la nostalgia de Dios en su valiente defensa del ser humano y de su razón. Sin Dios no sabemos quiénes somos, no sabemos quién es el hombre. La filosofía de Arendt parece insinuar su confianza y su gratitud por el regalo de ser. Su fe en la justicia, en la verdad, en todo lo que hace grande y bueno al hombre la convirtió en una incomprendida que se alejaba del pensamiento de nuestra época que tiende a reducir la grandeza y el misterio del ser humano. Por eso, su búsqueda de la verdad evoca algunas rendijas por las que se abre a una realidad trascendente, a un misterio inabarcable, a Dios. Su visión del hombre es esperanzadora porque no confía solamente en sus propias capacidades, sino en algo que está más allá de sí mismo y deja espacio al misterio, a su “impredecibilidad”. El verdadero mal, para el hombre, es renunciar a ser hombre, es hacerse superfluo como ser humano y esto ocurre cuando el hombre sólo confía en sí mismo.

El Papa Francisco, en el discurso pronunciado en 2014 ante el Parlamento Europeo, habla de esta “soledad del ser humano” que se ha agudizado con la crisis económica y que conlleva una desconfianza cada vez mayor en sí mismo. Hay un cansancio general, un envejecimiento en la sociedad europea que trae consigo la pérdida de la fertilidad y de vida. Los grandes ideales sociales se han ido ahogando en la tecnología y en la burocracia. Los estilos de vida se vuelven egoístas (la vida ya no se percibe como un don), opulentos con un consumo obsesivo y exagerado e indiferentes hacia el mundo circundante que tiene como lógica consecuencia la cultura del descarte.

Hannah Arendt y el Papa Francisco coinciden en una gran verdad. Es necesaria y urgente una orientación antropológica auténtica (EG 55) que evite el reduccionismo del ser humano a un mero bien de consumo y supere sibilinos modos de descarte de aquellos seres humanos que no sirvan en este nuevo engranaje social. Los cristianos hemos de “preocuparnos por” los enfermos y abandonados, los “sin techo”, los presos, la mujer maltratada, los migrantes, los niños y mayores, los desheredados y más pobres de la tierra, etc. Y lo hacemos porque está en el ADN del cristianismo de todos los tiempos. Pero la Pastoral Social debe “cuidar la fragilidad” tanto, de todos estos colectivos sociales como de las personas, con sus rostros, miradas y nombres concretos. De este modo, protegeremos su memoria y haremos crecer su esperanza (EG 209). No se trata de hacer por hacer, sino de actuar con fino sentido de humanidad. Una dirección hacia lo alto; otra dirección hacia lo concreto para evocar por las rendijas de la humanidad a un Dios que se hace cargo del presente y que devuelve incansablemente al ser humano de su dignidad.

Jesús Manuel Herreros
Pastoral Social

miércoles, 15 de febrero de 2017

Manos Unidas

Tras la Asamblea diocesana de y la presentación de la Campaña Anual que este año lleva por lema “El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida”, Manos Unidas continúa su actividad.

Así, el pasado 6 de febrero se inauguró la Exposición de artesanía que se podrá visitar hasta el 27 de febrero en la Sala Don Sancho de la capital palentina.

El viernes 10 de febrero se celebró el “Día del Ayuno Voluntario”. Tras la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo en la Parroquia de San Lázaro se compartió entre los presentes un “bocadillo solidario”.

Y, por fin, el domingo 12 de febrero, como en todas las parroquias de España, se celebró la Jornada Nacional de Manos Unidas.

A partir de aquí llega el momento de la intensa actividad que en todas las Delegaciones de Manos Unidas en nuestra díocesis, se desarrolla: cenas, colectas, exposiciones, marchas... un sin fin de actos solidarios, en los que son pieza fundamental los 650 socios y 275 voluntarios de Manos Unidas en Palencia.

PROYECTOS 2017
 
  • Camerún (Mbouassoum)  Escuela infantil  20.542€ l Asumido por el Servicio educativo.

  • India. Orissa (Sundargarh)  Construcción de cinco aulas para una escuela femenina  64.578 €  Asumido por la Exposición de artesanía y el Arciprestazgo de Palencia.

  • Colombia (San Marcos)  Seguridad alimentaria en comunidades rurales  52.684 €l Asumido por los Arciprestazgo del Brezo y Pisuerga Norte.

  • Madagascar (Bekily)  Construcción de tres aulas para un liceo  34.354 €  Asumido por los Arciprestazgo de Campos y Cerrato.

  • Filipinas (Zamboanga)  Rehabilitación de una vivienda para la inclusión de población indígena desplazada  Desglosado para Palencia: 25.000 € de un total de 50.000  Asumido por los Arciprestazgos de Camino de Santiago y Valle.

Semana de CIne Espiritual


Del 6 al 10 de febrero se ha celebrado en los Cines Ortega la IX Semana de Cine Espiritual, que ha llevado por lema “Di más bien creación”. A lo largo de la semana han pasado, por las salas de proyección, varios miles de escolares de colegios de toda la provincia.

martes, 14 de febrero de 2017

San Valentín. Su fiesta se celebra el 14 de febrero

San Valentín. Grabado, original de Barneto, S. XIX. Año Cristiano, Delegación diocesana de Patrimonio.
El nombre latino de Valentín significa valeroso. Fue muy usado por soldados en el Imperio Romano. La vida del santo mártir Valentín -siglo III- nos llega envuelta en piadosas leyendas, y no tenemos datos fidedignos. Sabemos es que fue médico cristiano que se negó a dar culto a los dioses paganos. Por ello fue arrestado y torturado por su fidelidad a Cristo, en tiempos del emperador Claudio II... quien ordenó decapitarlo el 14 de febrero del 270. Valentín se hizo sacerdote en Roma, y casaba a soldados que se hacían cristianos, práctica que no estaba permitida según el régimen castrense y el ordenamiento jurídico romano.

Su culto se extendió pronto por Roma -donde tuvo dedicada una puerta de la ciudad, y se conservaron sus reliquias- y por Italia, Francia, Alemania e Inglaterra.

El Papa Gelasio I incorporó la fiesta de San Valentín al calendario litúrgico romano el año 498, festividad que se fijó para el día 14 de febrero y duró hasta el año 1969. La fiesta fue suprimida en la reforma litúrgica posterior al Concilio Vaticano II. La razón de esta eliminación del calendario litúrgico fue su origen posiblemente legendario y que se le identificaba con tres mártires distintos: el medico romano, posiblemente el verdadero y origen de la fiesta católica; un obispo de la ciudad de Interamna (Terni) en Italia; y un santo obispo, Valentín de Recia, que vivió en el S. V y fue enterrado en el Tirol italiano, siendo trasladado a Passau (Baviera) en el S. VIII. En Alemania los católicos le tienen mucha devoción y es abogado contra la epilepsia.

Aun así se sigue celebrando a partir de la gran promoción que por parte de grandes almacenes y marcas multinacionales le han asociado con el amor, y el día de los enamorados, al margen del sentido religioso de la festividad. 

El arte le representa vestido de sacerdote con un niño tendido a sus pies y sobre todo siendo decapitado. Son muy raras las representación artísticas en escultura y pintura, pero abundan los grabados. El Papa Francisco el año 2014 decidió participar en la celebración de San Valentín, en un intento de devolver el sentido religioso a esta festividad surgida.

Texto José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Tu que infundiste tu fuerza al mártir San Valentín para que pudiera soportar el tormento, concede a los que celebramos su victoria vivir defendidos de los engaños de este mundo, del falso amor y de los ídolos actuales y adherirnos al amor eterno.

Llevar la Cultura del Encuentro a las calles [De la Homilía en la Fiesta de Nuestra Señora de la Calle]Esta luz no es para meterla debajo de la cama o del celemín, sino para ponerla encima de la mesa y que ilumine a los demás. Ese es nuestro reto hoy. Salir, salir de nuestras casas y templos a las calles, como y con María, la Virgen de la Calle. Salir llevando a Jesucristo, el que es la luz del mundo, para que viendo vuestras buenas obras den gloria al Padre celestial. No se trata de hacer proselitismo, sino de que el hombre se abra a Dios en quien está la felicidad ya sus hermanos. La calle hoy, no es sólo ese espacio asfaltado o empedrado, donde paseamos, están los comercios, los bares, las oficinas... Es el espacio de la convivencia humana, donde nos encontramos las personas, personas distintas, de ideologías, creencias, culturas distintas y donde todos tenemos que convivir en justicia, paz y fraternidad. Hoy estas nuestras calles de nuestros barrios, ciudades y del mundo entero bajan revueltas; se ve cómo se cierne sobre nosotros nubarrones oscuros, hay miedos y recelos, tensiones, hay heridas del pasado no cicatrizadas, guerras como las de siempre y nuevas, como la guerra económica ya en el telar, hay dolor, muerte, refugiados, desplazados, pobreza; entre nosotros, los españoles, están el riesgo de separatismo, ambiciones de poder, corrupción, desilusión, muchas lágrimas ocultas por violencias domésticas, por desamor, falta de empleo, despoblación de nuestros pueblos y ciudades... ¡Qué poca alegría verdadera y auténtica se palpa hoy en nuestra sociedad! Llenamos nuestras calles de luces para ver en la noche, para iluminar monumentos, pero cuánta oscuridad hay por los corazones. Cuántas luces ilusorias que después defraudan, y no crean vida, porque donde hay luz hay vida. Pero no podemos resignarnos a vivir en la oscuridad. Nuestros ojos están hechos para ver, no sólo para llorar. ¿Qué hacer? Primero: Asumir los conflictos, no perder la calma, no dejarse llevar por los nervios. Nuestros tiempos no son peores que los pasados. Los tiempos no son malos ni buenos; los hacemos buenos o malos los hombres. Y segundo: salir al encuentro como nos dice el papa Francisco. Salir como discípulos misioneros llevando a Cristo, el único salvador, la luz del mundo, y crear una cultura del encuentro, de la fraternidad, de la alegría y la esperanza. No podemos quedarnos en nuestras casas, en nuestras iglesias, grupos y movimientos lamentándonos, lamiéndonos las heridas, en permanente duelo. Cuántas personas como Simeón, hombre religioso y lleno de esperanza contra toda esperanza, esperan el Consuelo de Israel, esperan en Dios, esperan en nosotros, los cristianos, esperan en los hombres y mujeres sensatos y de buena voluntad. Salir, salir al encuentro, no esperar a que vengan, nos pidan favores y ayuda. Crear una cultura del encuentro. La cultura del encuentro nos llama a ver en el otro un hermano, no un enemigo o simple adversario, sea quien sea, sin descartar a nadie, abiertos a todos; es buscar y favorecer consensos y acuerdos para lograr una sociedad justa, “memoriosa y sin exclusiones”, como dice el Papa; es buscar más allá de nuestros propios intereses; trabajar para que cada uno pueda expresarse sin ser insultado o condenado, agredido o descartado, porque cada uno tienen su lugar; es reconocerle al otro su derecho a ser él mismo, a ser diferente, respetar sus derechos, dejar espacio al otro para que el otro mejore, crezca, madure y se desarrolle como persona con un trabajo digno, con una familia a la que quiera y en la que se sienta querido y reconocido. Es buscar que todos se abran a Dios, que no es enemigo del hombre, sino Padre misericordioso que no quiere otro bien y otra gloria sino el bien y la vida de sus hijos, el que nos hace hermanos de verdad. Y todo entraña dialogo, apertura, capacidad de sufrimiento, de paciencia, perdón, en definitiva de amor entregado, un amor como el de Jesús, un amor como el de nuestra Madre la Virgen de la Calle. La Virgen de la Calle nos pide hoy que los cristianos seamos hombres y mujeres que como Simeón y Ana, dóciles al Espíritu Santo, acogen a Cristo en sus brazos y en sus vidas, con alegría, asombro y pasión; que seamos como Simeón, creyentes que bendecimos a Dios en nuestras vidas; que seamos como Ana, que hablamos con obras y palabras de Cristo, sin ocultar su nombre, a los que esperan la liberación; que seamos como María y José, cristianos. que llevan a Cristo en sus brazos y en su corazón para entregarle y nosotros con Él a los demás. Si así lo hacemos, cuando nos llegue la hora de dejar este mundo, lo haremos en paz porque nuestros ojos han visto y amado al Salvador, al que es la Luz de Dios, al Resucitado. Nuestro gozo y alegría.

Esta luz no es para meterla debajo de la cama o del celemín, sino para ponerla encima de la mesa y que ilumine a los demás. Ese es nuestro reto hoy. Salir, salir de nuestras casas y templos a las calles, como y con María, la Virgen de la Calle. Salir llevando a Jesucristo, el que es la luz del mundo, para que viendo vuestras buenas obras den gloria al Padre celestial. No se trata de hacer proselitismo, sino de que el hombre se abra a Dios en quien está la felicidad ya sus hermanos.

La calle hoy, no es sólo ese espacio asfaltado o empedrado, donde paseamos, están los comercios, los bares, las oficinas... Es el espacio de la convivencia humana, donde nos encontramos las personas, personas distintas, de ideologías, creencias, culturas distintas y donde todos tenemos que convivir en justicia, paz y fraternidad. Hoy estas nuestras calles de nuestros barrios, ciudades y del mundo entero bajan revueltas; se ve cómo se cierne sobre nosotros nubarrones oscuros, hay miedos y recelos, tensiones, hay heridas del pasado no cicatrizadas, guerras como las de siempre y nuevas, como la guerra económica ya en el telar, hay dolor, muerte, refugiados, desplazados, pobreza; entre nosotros, los españoles, están el riesgo de separatismo, ambiciones de poder, corrupción, desilusión, muchas lágrimas ocultas por violencias domésticas, por desamor, falta de empleo, despoblación de nuestros pueblos y ciudades... ¡Qué poca alegría verdadera y auténtica se palpa hoy en nuestra sociedad! Llenamos nuestras calles de luces para ver en la noche, para iluminar monumentos, pero cuánta oscuridad hay por los corazones. Cuántas luces ilusorias que después defraudan, y no crean vida, porque donde hay luz hay vida. Pero no podemos resignarnos a vivir en la oscuridad. Nuestros ojos están hechos para ver, no sólo para llorar.

¿Qué hacer? Primero: Asumir los conflictos, no perder la calma, no dejarse llevar por los nervios. Nuestros tiempos no son peores que los pasados. Los tiempos no son malos ni buenos; los hacemos buenos o malos los hombres. Y segundo: salir al encuentro como nos dice el papa Francisco. Salir como discípulos misioneros llevando a Cristo, el único salvador, la luz del mundo, y crear una cultura del encuentro, de la fraternidad, de la alegría y la esperanza. No podemos quedarnos en nuestras casas, en nuestras iglesias, grupos y movimientos lamentándonos, lamiéndonos las heridas, en permanente duelo. Cuántas personas como Simeón, hombre religioso y lleno de esperanza contra toda esperanza, esperan el Consuelo de Israel, esperan en Dios, esperan en nosotros, los cristianos, esperan en los hombres y mujeres sensatos y de buena voluntad. Salir, salir al encuentro, no esperar a que vengan, nos pidan favores y ayuda. Crear una cultura del encuentro.

La cultura del encuentro nos llama a ver en el otro un hermano, no un enemigo o simple adversario, sea quien sea, sin descartar a nadie, abiertos a todos; es buscar y favorecer consensos y acuerdos para lograr una sociedad justa, “memoriosa y sin exclusiones”, como dice el Papa; es buscar más allá de nuestros propios intereses; trabajar para que cada uno pueda expresarse sin ser insultado o condenado, agredido o descartado, porque cada uno tienen su lugar; es reconocerle al otro su derecho a ser él mismo, a ser diferente, respetar sus derechos, dejar espacio al otro para que el otro mejore, crezca, madure y se desarrolle como persona con un trabajo digno, con una familia a la que quiera y en la que se sienta querido y reconocido. Es buscar que todos se abran a Dios, que no es enemigo del hombre, sino Padre misericordioso que no quiere otro bien y otra gloria sino el bien y la vida de sus hijos, el que nos hace hermanos de verdad. Y todo entraña dialogo, apertura, capacidad de sufrimiento, de paciencia, perdón, en definitiva de amor entregado, un amor como el de Jesús, un amor como el de nuestra Madre la Virgen de la Calle.

La Virgen de la Calle nos pide hoy que los cristianos seamos hombres y mujeres que como Simeón y Ana, dóciles al Espíritu Santo, acogen a Cristo en sus brazos y en sus vidas, con alegría, asombro y pasión; que seamos como Simeón, creyentes que bendecimos a Dios en nuestras vidas; que seamos como Ana, que hablamos con obras y palabras de Cristo, sin ocultar su nombre, a los que esperan la liberación; que seamos como María y José, cristianos. que llevan a Cristo en sus brazos y en su corazón para entregarle y nosotros con Él a los demás. Si así lo hacemos, cuando nos llegue la hora de dejar este mundo, lo haremos en paz porque nuestros ojos han visto y amado al Salvador, al que es la Luz de Dios, al Resucitado. Nuestro gozo y alegría. 

+Manuel Herrero Fernández, OSA
Obispo de Palencia


lunes, 13 de febrero de 2017

Beatificación del fundador de las Angelinas

Las Hermanas del Ángel de la Guarda y el Colegio del Santo Ángel en Palencia están de enhorabuena, pues el próximo 22 de abril, en la Catedral de Oviedo, será beatificado su fundador, el Venerable Siervo de Dios Louis-Antoine Rose Ormières.

El 7 de julio de 2016, el Papa Francisco recibió en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, autorizando a ese dicasterio a promulgar el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Louis-Antoine. El milagro que el Vaticano atribuyó a su intercesión consistió en la curación inexplicable, en el año 2002, del carcinoma epidermoide de una hermana de la Congregación, la hermana Celina Sánchez del Río, que durante muchos años estuvo destinada a la comunidad del colegio Santo Ángel de esta ciudad.

Con este motivo las Hermanas han programado diversos actos previos a la Beatificación y han organizado distintas opciones de viaje para, quien así lo desee, pueda participar en la Ceremonia.

En este sentido, el próximo 23 de febrero la Hna. Blanca García impartirá una conferencia sobre el P. Ormiéres a las 18.30h en el colegio Santo Ángel.

domingo, 12 de febrero de 2017

12 de enero de 2017 VI Domingo del Tiempo Ordinario

  • Eclo 15, 15-20 A nadie obligó a ser impío 
  • Sal 118 Dichoso el que camina en la ley del Señor 
  • 1 Cor 2, 6-10 Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria 
  • Mt 5, 17-37 Así se dijo a los antiguos; pero yo os digo

«Dichoso el que camina en la ley del Señor». Esta respuesta del salmo responsorial centra en gran parte la liturgia de este domingo en la que se nos llama a vivir de acuerdo con los mandamientos de la ley de Dios, que se nos proponen para que los cumplamos haciendo buen uso de nuestra libertad (1 Lect). En el Evangelio Cristo nos presenta estos mandamientos para vivirlos en una línea de profundidad interior y de generosidad: «Habéis oído que se dijo a los antiguos (...) pero yo os digo». Esta es la nueva sabiduría en la que nos ayuda a penetrar el Espíritu de Dios (2 Lect).

viernes, 10 de febrero de 2017

La Virgen de Lourdes y los Enfermos

La Hospitalidad diocesana Nuestra Señora de Lourdes celebra el 11 de febrero la fiesta de la Virgen de Lourdes y la Jornada del Enfermo y lo hace con una Jornada de Oración por y con los enfermos en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Calle.

La celebración comenzará a las 19:30h con la Eucaristía y seguidamente con el rezo meditado del Rosario.

La Jornada Mundial del Enfermo lleva este año el lema “Salud para ti, para tu casa”, y el Papa Francisco, en su Mensaje nos recuerda que esta jornda constituye una ocasión para prestar especial atención a la situación de los enfermos y de todos los que sufren en general; y, al mismo tiempo, es una llamada dirigida a los que se entregan en su favor, comenzando por sus familiares, los agentes sanitarios y voluntarios, para que den gracias por la vocación que el Señor les ha dado de acompañar a los hermanos enfermos.

También se nos remite a la encíclica Laudato si', en la que el Papa nos pide que cuidemos y trabajemos por la prevención de las enfermedades: estando atentos a los riesgos del entorno natural o social que puedan  causarlas y promoviendo acciones o actitudes que puedan  ayudar a tener más salud personal y comunitaria.

jueves, 9 de febrero de 2017

La “posverdad”

El pasado 25 de enero se celebró en Madrid la entrega de los Premios Bravo!... y en sus palabras a los premiados, Mons. Ginés García Beltrán, Obispo de Guadix y Presidente de la CEMCS centró una parte de su discurso... a un término muy “de moda”... y que a mi me preocupa bastante: la posverdad. Y esto dijo:

«Si en la primera mitad del siglo pasado Bertolt Brecht decía que “no son buenos tiempos para la lírica” hoy podríamos decir que “no son buenos tiempos para la verdad”. Tiene razón el recientemente fallecido Zygmunt Bauman en su análisis de la postmodernidad, a la que describe como el espacio de un pensamiento débil y una verdad líquida en la que no caben certezas definitivas, compromisos totalizantes, grandes ideales ni verdades enteras. “La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un pueblo que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir”, afirma este pensador. Quizá por esto, el diccionario Oxford ha elegido la palabra “Posverdad” como la más relevante en el año 2016. Vivimos un tiempo en el que la verdad de los hechos es menos influyente a la hora de formar la opinión pública que las emociones y las convicciones; en la vida social, se invocan más las pasiones que las razones. Es más fácil convencer a muchos con palabras huecas, apelando a las pasiones que se disparan al calor de una buena discusión, jaleada en los medios de comunicación, que razonar y argumentar pausadamente para crecer, y ayudar a crecer; para buscar juntos la verdad, como pedía Machado.

Sin la posibilidad de la verdad, sin su búsqueda, sin aspirar a ella como algo posible y necesario, podemos dejar al mundo a merced de ideologías totalitarias o populistas, de medias verdades, de eslóganes, de marketing, de tuits ofensivos o ridículos. Sin verdad no hay justicia sino arbitrariedad, no hay libertad sino libertinaje, no hay bondad sino oportunismo, no hay belleza sino apariencia. Prescindir de la verdad, o darla por superada, nos aboca a una sociedad sin humanidad.

Esta descripción de la realidad no es, ni mucho menos, una rendición ante lo evidente. Por el contrario, es una llamada a la esperanza, a la confianza en que un mundo nuevo y mejor es posible, y con la ayuda de Dios podemos hacerlo. La verdad, como la bondad y la belleza son posibles. Son muchos los destellos que experimentamos cada día de esa verdad que nos ilumina con su bondad y belleza».

Así están las cosas. Y esta es la tendencia. Un paso más allá de la “Dictadura del Relativismo” que denunciaba el Papa Benedicto XVI. Estáis avisados. Que no nos roben la esperanza... y recordad a Santa Teresa, la que dijo que «la verdad padece, pero no perece». Y lo que me vale para la verdad... me vale para la Verdad.

Domingo Pérez

400 años Caminando con el Pobre

La Familia Vicenciana celebra este año el 400 Aniversario del Carisma Vicenciano. El inicio del Carisma de Vicente de Paúl tuvo lugar el 25 de enero de 1627, en Folteville, Francia. Ocurrió en este pequeño pueblo donde Vicente fue tocado por la tremenda pobreza espiritual de las gentes del campo. Unos meses después tuvo la experiencia de la terrible pobreza material en la ciudad de Chátillon y al mismo tiempo, experimentó su propia conversión personal que le llevó a dedicarse totalmente a los pobres. Fueron muchas las personas que siguieron su ejemplo, para hacer realidad el Evangelio “aquí y ahora”.

La obra de Vicente de Paúl quedó en manos de sus seguidores organizados en diversas instituciones: Congregación de la Misión, Hijas de la Caridad y Juventudes Marianas Vicencianas, Asociación Internacional de Caridad, Caballeros de San Vicente de PaúI, Asociación de la Milagrosa y otras, que transmitido el carisma hasta nuestros días, convencidos de su vigencia.

En la Diócesis de Palencia, se celebró este aniversario con un encuentro en La Milagrosa. Para el 9 de mayo se trabajará el tema del “laicado” y celebrarán la fiesta de Luisa de Marillac, fundadora de la AIC y de las Hijas de la caridad. Para el 27 de septiembre se trabajará el tema de “La acogida y el servicio a los pobres” y se celebrará la fiesta de Vicente de Paúl.

miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Qué es lo especial de la familia? y ¿Por qué son insustituibles las familias?

¿Qué es lo especial de la familia?
[DOCAT 115] Se me quiere sin condiciones: esta es una experiencia insustituible que todo ser humano experimenta en la familia. En ella, varias generaciones viven juntas y comparten mutuamente su cariño, solidaridad, aprecio, apoyo desinteresado, ayuda y justicia. Cada miembro de la familia es reconocido por los demás en su dignidad y, como tal, es acogido, aceptado y respetado sin que para ello haya de demostrar o hacer nada. Todos, ellas y ellos, sienten tal amor. La persona en sí no es un medio para algo, sino un fin en sí mismo. De esta manera, en la familia surge una cultura de vida sin parangón. En nuestros días cobran gran importancia criterios de eficiencia y funcionalidad (por ejemplo económicamente), y frecuentemente predomina la atención a lo material; esta mentalidad es algo que supone un desafío para las familias, y que con frecuencia incluso las destruye.
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: [221]

¿Por qué son insustituibles las familias?
[YOUCAT 369] Todo hijo proviene de un padre y una madre y necesita el calor y la seguridad de una familia para crecer protegido y feliz. La familia es la célula original de la sociedad humana. Los valores y principios que se viven en el pequeño ámbito familiar hacen posible la vida social solidaria en un ámbito mayor.
En el Catecismo de la Iglesia Católica: [2207-2208]

6 de agosto de 1221 La “Transfiguración” de Fray Domingo (I)

Fray Domingo seguía trabajando y visitando los conventos que había fundado por toda Italia. Ya se había despedido de los de España, entro ellos Palencia en 1218 y de los de Francia, de regreso a su última morada Bolonia. Siempre a pie, y con continuas mortificaciones en el alimento y en el sueño, su salud se iba minando poco a poco. En compañía de su amigo el Cardenal Hugolino, reanudó la gran pasión, la que movió toda su vida, la predicación directa. Domingo sabe que ha recorrido bien su carrera, pero que no le queda mucho por recorrer, las fuerzas le fallan, se halla al fin de su vida y va a morir. Dejemos aquí el relato de su partida en palabras de aquellos que fueron testigos de su muerte:

«A finales del mes de julio, fray Domingo llegó muy fatigado, porque hacía gran calor, y aunque estaba muy cansado habló con fray Rodolfo, que era el nuevo prior, hasta bien entr da la noche, sobre el estado la Orden.

Y como éste quisiera dormir, rogó al dicho bienaventurado fray Domingo que fuera a descansar y no se levantara durante la noche a maitines; pero él no accedió a sus ruegos, sino que se fue a la iglesia y pasó toda la noche en oración, y no obstante asistió a maitines. Y después de maitines dijo a los frailes que le dolía la cabeza. Desde entonces comenzó manifiestamente a ponerse enfermo con aquella enfermedad que le llevó al Señor. Mientras le tuvo postrado la enfermedad, mandaba llamar a los frailes novicios, y con dulcísimas palabras y vivo amor los consolaba y amonestaba a obrar el bien.

Como el mal se agravaba, hicimos llevarlo a Santa María del Monte, que era lugar más sano. Cuando creyó que se moría, llamó al prior y a los frailes. Y acudieron allí unos veinte frailes con dicho prior, y estando junto a él, fray Domingo, que yacía postrado, comenzó a predicarles, y les hizo un magnífico y muy emotivo sermón; nunca se le oyó más edificante.

Creo recordar que entonces se le dio la Extremaunción. Y oí de algunos que el monje que por entonces era Rector de aquella iglesia, dijo que si moría allí, no permitiría que se lo llevasen, sino que lo haría sepultar en dicha iglesia. Y como se contase estas cosas al bienaventurado fray Domingo, respondió: “No quiera Dios que yo sea enterrado en otro lugar que bajo los pies de mis frailes. Llevadme fuera para que yo muera en aquella viña y podáis sepultarme en nuestra iglesia”. Entonces, tomándolo, lo trasladaron a Bolonia, a la iglesia de San Nicolás, temiendo que muriera en el camino.

Fray Luis Miguel García Palacios, O.P.
Subprior del Convento de San Pablo

martes, 7 de febrero de 2017

Un Libro: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional
 
Documento preparatorio y Carta del Papa a los jóvenes
 
Sínodo de los obispos
 
XV Asamblea General Ordinaria
 
Ed. San Pablo
 
En el Sínodo de los Obispos, convocado por el Papa Francisco para octubre de 2018 sobre «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», la Iglesia ha decidido preguntarse cómo acompañar a la juventud para que reconozca y acoja la llamada al amor y a la vida en plenitud, y pedir a los mismos jóvenes que le ayuden a identificar las modalidades más eficaces para anunciar la Buena Noticia. A través de ellos, la Iglesia podrá percibir la voz del Señor que resuena también en el siglo XXI. Con el Documento Preparatorio -que se acompaña de la Carta del Papa a los jóvenes, en la que les anima a no tener miedo-, se da inicio a la fase de consulta de todo el Pueblo de Dios.

lunes, 6 de febrero de 2017

Vida Ascendente

El Movimiento de Vida Ascendente celebra el 8 de febrero la fiesta de sus patronos San Simeón y Santa Ana. A las 13h celebrarán la Eucaristía en la Capilla de las religiosas de María Inmaculada y acto seguido, disfrutarán de una comida de hermandad.

Vida Ascendente renovó el pasado mes de noviembre su presidencia al no poder continuar D. Lucilo Payo por problemas de salud, tomando el relevo D. Ángel Manuel González. Asimismo, debido a su avanzada edad, el que fuera consiliario, D. José Alonso Bustillo presentó su renuncia, y nuestro Obispo ha designado al sacerdote D. Diego Redondo nuevo consiliario.

Para no perder el sentido de la vida

Si le tuviéramos que exponer con máxima brevedad lo esencial del cristianismo al hombre de hoy, tan apresurado y ocupado, ¿qué le diríamos? ¿Con qué palabras le sintetizaríamos la fe en Dios, en Cristo y en su Iglesia? ¿Cómo vivir esta experiencia?

Estas preguntas se las hacía ya, hace 50 años, un profundo teólogo jesuita, el alemán Karl Rahner. Decía él, refiriéndose a Dios, que, aunque no pocos le tengan olvidado, todos le necesitan. Unos conscientemente y otros sin darse cuenta. Todos, de un modo u otro, remitimos las experiencias de nuestra vida más íntima y personal al Misterio que nos sobrepasa y envuelve. Los creyentes le llamamos Dios.

A no pocos, desde luego, les gustaría tener a Dios en el bolsillo como portan el teléfono móvil de las llamadas y mensajes. Tener a Dios domesticado. O, al menos, preparado, para responder a cualquier pregunta, duda o necesidad urgente. Como urgente es la vida que vivimos. Pero Dios se resiste a ser manipulado. Dios nos sobrepasa. El misterio de su Ser inefable nos desborda. Nada raro. Somos sus criaturas. No somos iguales a Él. Somos hijos, pero nunca seremos dioses, aunque más de uno exija pleitesía.

No nos damos cuenta de que Dios ha querido permanecer envuelto en la nube del Misterio para hacernos ver que Él es el absolutamente Otro, y que está más allá de nuestros cálculos, intereses y martingalas. Dios no se deja instrumentalizar. Aunque algunos hasta lo empleen como recurso para hacer la guerra.

Dios enseguida nos pone en nuestro sitio y reclama de nosotros lo único que le podemos ofrecer: la fe que depositamos en Él, la esperanza fuerte en medio de las oscuridades y tormentas, y el constante amor o caridad en las pequeñas cosas de cada día.

¿Y qué decir de los que carecen de toda fe religiosa? También aquellos que no creen en Dios se sienten envueltos en ese misterio que es la vida. Creyente o no, nadie puede sustraerse al misterio: o sea, a lo más sagrado e irreductible que hay en lo profundo del ser y del existir. Y en lo más hondo del mundo que nos envuelve y sorprende. 

Sin embargo, para acoger a Dios, es imprescindible aceptarlo como es y cultivar un mínimo de interioridad y de silencio. Y, ¡claro está!, dar el salto de la fe o aceptación de su Persona. Quizá en otras épocas, con menos estrés y más sentido religioso, hombres y mujeres, aun cuando también encontraban dificultades, sabían volver la mirada a Dios con más facilidad. Hoy tal vez nos cueste mucho hacer este esencial ejercicio. Somos ciudadanos atareados, con prisa, muy ocupados. Algunos, muy ocupados en no hacer nada de provecho. Pero ocupados, al fin y al cabo. 

¿Y Jesucristo? Jesucristo y su santo Espíritu son quienes nos ayudan a ponerle rostro a Dios y a llamarle por su verdadero nombre: “¡Padre!”. Si Jesús no hubiera venido de parte de este Padre, ¿qué podríamos nosotros decir de Dios mismo? ¿Y qué podríamos explicar de nosotros, pobres criaturitas, más allá de que somos un saco de piel, carne y huesos con ansia de eternidad?

Y la Iglesia, ¿para qué está? Buena pregunta.

La Iglesia no es otra cosa que nuestra universal familia de creyentes y bautizados. Así de sencillo. Pero si no vivimos unidos a nuestra propia comunidad de fe, ¿en dónde vamos a poder hacer experiencia de Dios? Necesitamos un grupo de referencia.

A los que aman la vida, pero viven estresados, les decimos: ¡Merece la pena frenar las prisas para abrirnos al Misterio de Dios! Hoy, vivir esta experiencia me parece algo esencial, si queremos huir de la trampa deshumanizadora que nos acecha cada día, y no perder el sentido de la vida.

Eduardo de la Hera

Fríos en 1535 y 1536

Puede ser que estés pensando que hace mucho frío... y que esto antes nunca había pasado. Pues no. En invierno, en Palencia... lo normal es que haga frío. Y como ejemplo, os vamos a finales de 1535 y principios de 1536. Durante más de dos meses en esta tierra hubo las más crudas heladas y más continuas que por entonces se vieron.

Además de estar los ríos helados y las carretas impracticables porque no se quebrantaban los hielos... la vida cotidiana también se resintió.

Algunos ejemplos. En Palencia se helaron los huevos y las pociones medicinales en sus recipientes. Los cántaros de cobre llenos de agua reventaban por muchas partes, y el día de los Reyes en Palencia a tres sacerdotes estando diciendo misa se les heló el vino en el cáliz después de consagrado.

Además de los hielos hubo una gran sequía, porque hacía meses que no llovía. Las moliendas casi no tenían trigo que moler y el pan se encareció. En muchas zonas fue imposible arar o cavar durante mucho tiempo... y con este panorama lo ya sembrado no nació y lo que se sembró en enero y febrero tampoco germinó.

Los pozos y norias estaban secos, y el Carrión, casi no traía agua... y así, la cosecha de 1536 fue muy escasa. Todo comenzó a enderezarse cuando en octubre, noviembre y diciembre cayeron tantas aguas, que hubo muchas avenidas y crecientes de los ríos. Y las nieves caídas duraron en la tierra hasta 50 días.

A un año de escasez le siguió uno de abundancia. La sementera y cosecha de cereal de 1537 fue la mejor que se había visto en muchos años.

domingo, 5 de febrero de 2017

5 de febrero de 2017 V Domingo del Tiempo Ordinario

  • Is 58, 7-10 Surgirá tu luz como la aurora 
  • Sal 111 El justo brilla en las tinieblas como una luz 
  • 1 Cor 2, 1-5 Os anuncié el misterio de Cristo crucificado 
  • Mt 5, 13-16 Vosotros sois la luz del mundo

En el Evangelio de hoy Cristo nos dice que somos la sal de la tierra y la luz del mundo. Pero no podremos iluminar al mundo si no estamos unidos por la fe y la gracia de Dios a Cristo. La participación en la Eucaristía nos une a Cristo (cf. oración después de la comunión) Y, desde ahí, practicando las obras de misericordia -«parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, cubre a quien ves desnudo y no te desentiendas de los tuyos»- brillará nuestra luz en las tinieblas y nuestra oscuridad se volverá mediodía (1 Lect).

sábado, 4 de febrero de 2017

Semana de Cine Espiritual

Del 6 al 10 de febrero se celebra en nuestra Diócesis la IX Semana de Cine Espiritual que este año lleva por lema: “Di más bien Creación”. Así, en el Cine Ortega, se proyectarán seis películas: “Francisco”, “Resucitado”, “El Principito”, “Ghadi”, “Si Dios quiere” y “Secretos de Guerra”.

Como en años anteriores, las sesiones de mañana estarán reservadas a escolares, y las de tarde abiertas al público en general.

El precio de las entradas, para las sesiones de tarde es de: Sesión de las 17.30h. (1,30 € estudiantes y 2,00 € adultos). Sesión de las 20.00h (precio único de 2,00 €).


Manos Unidas

Manos Unidas celebra su Asamblea General y presenta la nueva campaña contra el Hambre cuyo lema es: “El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida”. 

Entre los actos previstos de sensibilización y cooperación, Manos Unidas de Palencia organiza la exposición de artesanía que se inaugura el 6 de febrero en la sala de la calle Don Sancho. Pemanecerá abierta hasta el 27 de febrero, día en el que se realizará el sorteo de los premios. 

Y el día 10 se celebra el Día del Ayuno Voluntario con la Eucaristia a las 20h en San Lázaro y el Bocadillo Solidario.

viernes, 3 de febrero de 2017

San Julián. Su fiesta se celebra el 3 de febrero

Pintura. Autor anónimo. Monasterio de las Agustinas Recoletas (Palencia).
Nació en 1128 en Burgos, hijo de una familia noble mozárabe. Fue muy bien educado con el ejemplo de sus padres, en la fe y la caridad cristiana. Realizó los primeros estudios en Burgos y los superiores en Palencia, en los Estudios Generales, la primera universidad de España. En Palencia causo admiración entre sus compañeros y profesores, por su inteligencia y piedad. Al acabar sus estudios, con 24 años, fue nombrado profesor de Filosofía y Teología. En los 21 años que estuvo en Palencia, su habitación era salón de estudio y oratorio... y lugar de trabajo. Trenzaba cestillas de mimbre y sarga, que vendía para dar limosna a los pobres de la ciudad. Fue un profesor brillante, explicaba con mucha claridad, sencillez, conocimiento y aprovechamiento para sus alumnos.

A los 35 años lo deja todo, regresa a Burgos, y se prepara para hacerse sacerdote. Sus padres habían muerto y va a vivir a una humilde casa fuera de la ciudad, acompañado del criado más joven de la casa paterna, su amigo Lesmes. Sus trabajos apostólicos y misioneros pasaron pronto de los arrabales de Burgos al centro urbano. Pero la rivalidad entre dos familias nobles, hicieron estéril su predicación... y marchó a recorrer España.

El éxito de su predicación fue tal que Alfonso VIII le propuso a Celestino III para ser segundo obispo de Cuenca, cargo que aceptó con humildad y obediencia. Grande fue su labor visitando a sus feligreses, sin distinción de ser cristianos, musulmanes o judíos. Se preocupó de que sus sacerdotes fuesen santos y sabios y se dedicasen a la formación de sus fieles, y ejerciesen la caridad cristiana. Él siguió fabricando sus cestos y ayudando a todos. Murió el 28 de enero de 1208 en Cuenca y fue canonizado en 1594 por Clemente VIII. Sus restos se conservan en una arqueta colocada en el altar del ábside dedicado al Santo.

El arte le representa vestido de obispo y haciendo cestos. En la Catedral tuvo fiesta propia y en ella hubo reliquia del santo obispo. En la Virgen del Carmen de Barruelo se conserva una talla, lo mismo que en el Monasterio de Agustinas Recoletas de Palencia.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración
Tú, que por la predicación
de tu obispo Julián llamaste
a nuestros padres a la luz
del Evangelio, concédenos,
por su intercesión crecer
continuamente en la caridad,
en la gracia y en el conoci-
miento de Nuestro
Señor Jesucristo.