lunes, 16 de octubre de 2017

Iglesia por el Trabajo Decente

El pasado 7 de octubre se celebró el Día Mundial por el Trabajo Decente. Esta jornada para la Iglesia tiene por objeto sensibilizar a toda la sociedad sobre la razón de ser del trabajo humano, denunciar todas aquellas situaciones injustas y a la vez proponer, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, prácticas de relaciones laborales encaminadas a poner en el centro de toda actividad económica a la persona.

Alentados por el Espíritu, Iglesia por el Trabajo Decente, que es la coordinadora de las organizaciones eclesiales Cáritas, Confer, HOAC, Justicia y Paz, JEC, Profesionales Cristianos, Delegación de Acción Caritativa y Social, ACG, Equipo de Acción Social de la Parroquia de San Antonio, Equipo de Pastoral Obrera de Aguilar, Religiosas de María Inmaculada, más las adhesiones posteriores de la Parroquia de Cevico de la Torre, Cáritas de Villamuriel, Parroquia de Prádanos de Ojeda, Fundación “Hombres Nuevos”, Delegación de Pastoral Juvenil, Escuela Diocesana de Tiempo Libre, Delegación de Apostolado Seglar y el Secretariado de Pastoral Obrera y del Trabajo, junto a la Vicaría de Pastoral y al Pastor de la Diócesis, D. Manuel, quiere poner de manifiesto que “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”.
Es bueno resaltar, por un lado, este amplio número de grupos y personas que ya en nuestra Iglesia son conscientes de la importancia que para la vida de las personas y las familias tiene el trabajo y de que éste sea decente; y por otro lado también resaltar el carácter eclesial y de colegialidad a la hora de preparar los actos que, en la Diócesis palentina, se desarrollaron el pasado día 6 de Octubre. Actos que consistieron en:

Una Vigilia de oración. Se celebró en la capilla de las Religiosas de María Inmaculada. Orar poniendo en las manos de Dios la vida, con la confianza de que somos atendidos, pero también con la responsabilidad que el mismo Dios nos concedió de ser sus manos para dignificar esa vida. Así, mediante la dinámica de construir un muro con cajas, se presentaron testimonios de víctimas de la precariedad, la pobreza y el paro. A cada testimonio se dejaba un momento de silencio para la contemplación. Después a la luz de la Palabra de Dios, parábola del Buen Samaritano y de la Carta del Papa Francisco a los Movimientos Populares se reflexionó y oró más ampliamente para descubrir qué nos dice Dios, quienes son hoy nuestro prójimo y cuál ha de ser nuestra respuesta ante el sufrimiento humano. Por último la acción de gracias, que no es otra cosa que el actuar, el compromiso para transformar el mundo. En este sentido se dio lectura a los Objetivos de Desarrollo Sostenible para que podamos implicarnos en su logro.

Un Acto Público. El compromiso exige presencia en el mundo, anuncio, denuncia, testimonio, todo hecho con amor, para sensibilizarnos y sensibilizar sobre los problemas laborales para que el trabajo indecente deje de serlo y podamos construir un mundo mejor. De este modo se acudió a la calle Mayor. Allí se volvió a construir el muro con cajas de cartón pero esta vez para poner los logos de los movimientos, parroquias, organismos eclesiales que se han adherido a Iglesia por el trabajo decente. Se repartió una pulsera y un tríptico explicativo a quienes pasaban a la vez que dialogando se les invitaba a que comentasen que entienden por trabajo decente. Al final se leyó el manifiesto.

Añadir que también se preparó un guión litúrgico, enviado a todas las parroquias de la Diócesis, para que el domingo 1 de Octubre pudiesen utilizarlo en las Eucaristías con el fin de orar teniendo en cuenta esta realidad.

Todos estos actos son una invitación a la comunidad eclesial a ser conscientes de la importancia que tiene el trabajo para las personas, para su desarrollo integral. El mundo obrero y del trabajo necesita a una Iglesia abierta y misionera que le lleve la Buena Noticia de Jesús.

José Antonio Margüello Moratinos
(Secretariado para la Pastoral Obrera y del Trabajo)

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