martes, 17 de enero de 2017

D. Antonio Gómez Cantero: «Dejo un Amor enorme a esta Diócesis»

El pasado 7 de enero, despedimos y agradecimos la labor llevada a cabo durante tantos años de D. Antonio Gómez Cantero en nuestra diócesis. Asegura que se siente abrumado, no asustado, y se siente pequeño, poca cosa... está recibiendo muchísimas muestras de cariño y eso lo agradece un montón. El día 21 de este mes se ordenará y tomará posesión de su nueva diócesis, Teruel y Albarracín. Queremos acercarnos un poco a su persona, a sus retos e inquietudes.

¿Cómo se encuentra?

Estoy algo cansado por los cambios, las mudanzas, pero estoy muy ilusionado. Estos casi tres meses me han servido para colocar mi mente y mi corazón de cara a esta nueva tarea que me han encomendado. La realidad de Teruel y sus gentes me motivan y ya empiezo a quererlos.
Despedida en la Catedral. El Báculo es un regalo de la Diócesis de Palencia

¿Cómo está viviendo estos días previos a su ordenación y toma de posesión? ¿La despedida en su parroquia, en Carrión de los Condes, la despedida de la Diócesis con la celebración en al Catedral?
 
Me he visto sobrepasado. Me siento muy querido. En mi parroquia los distintos grupos prepararon la Eucaristía y al finalizar, me regalaron una réplica del Cristo de la Ternura, que supone mucho para mí. En Carrión fue una despedida muy familiar, allí soy Toño, fue como estar en casa, estuvieron los amigos de mi infancia, leyeron un poema de mi catequista de primera comunión, los recuerdos de la Peña el Rabí, la cofradía de la Vera Cruz. Subieron las acciones de los kleenex, pero lloramos de felicidad...
Y la despedida de la Diócesis ha sido un empeño personal de D. Manuel, yo quería salir por la puerta de atrás, pero la verdad es que ha sido una maravilla, ver a tantos hermanos sacerdotes, a tantas personas que me quieren. En la celebración en la Catedral en quien pensé fue en todos mis compañeros sacerdotes, sus desvelos, su trabajo, su esfuerzo...
 
Anillo y Cruz Pectoral de D. Antonio
¿Se ve de Obispo?
No, me cuesta mucho, supongo que me iré haciendo, y pienso que Dios dará la Gracia a la vez que te da la Misión. Pero yo quiero ser yo mismo, obispo, pero yo mismo, y como me dijo el Papa quiero divertirme, no quiero que me cambie la vida en cuando a mi sensibilidad, mi alegría, mi cercanía, el intento que hago de escucha, sé que al ser el Obispo los demás te miran de distinta forma, pero no quiero dejar de ser yo mismo.
 
¿Qué es lo que más le va a costar dejar de Palencia?
La gente. Toda la trama de relaciones que tengo que ha ido brotando de la labor evangelizadora, los equipos de personas en el seminario, los educadores y niños del Junior, los religiosos de pastoral vocacional, los grupos de pastoral juvenil, las personas con las que te vas encontrando, todos estos movimientos van dejando amigos. Dejo un Amor enorme a esta Diócesis. A esta Diócesis la llevo en las telas del corazón. Esto lo tengo que aprender a hacer también en Teruel.
 
¿Teme la soledad?
Nunca la he temido. De hecho, muchas veces necesito la soledad.
 
Usted, ya ha tenido una primera toma de contacto con su nueva diócesis...
Lo primero que quise hacer fue visitar la tumba del beato Anselmo Polanco, desde que hice la película de “Un Dios Prohibido”, los mártires me emocionan, es algo que me ha cambiado la vida. Por eso he puesto una palma en mi sello. Teruel cuenta con más de 80 sacerdotes mártires.

Luego visité el Obispado, la que va a ser mi casa, me reuní con el Colegio de Consultores y me han acogido muy bien. He tenido una toma de contacto muy buena. También tuve un encuentro con el equipo de Pastoral Juvenil y me dieron un dossier con lo que han hecho en los últimos años, me siento muy identificado con ellos.

Se ordenará y tomará posesión el próximo 21 de enero, ¿Quién le va a ordenar?
Me ordenará el arzobispo de Zaragoza, D. Vicente Jiménez, al pertenecer a esa archidiócesis creo que tiene que ser su arzobispo.
Sello de D. Antonio

Ha elegido ya su escudo y el lema episcopal
No he elegido escudo porque no quiero escudo. He elegido un sello espiritual, el lema es Bajo el signo de Emaús y el sello es el pan partido formando el Crismón, que me trae ecos de la Acción Católica. La “rho” del Crismón es un báculo, hay una palma que cruza el báculo, en referencia al martirio, y la estrella de 8 puntas que es la virgen María pero también es Teruel que tiene en el escudo el Torico y la estrella de 8 puntas. Es un diseño de espiritualidad.

¿Qué balance hace de sus años de Vicario general? ¿Alguna espina clavada?
Yo hago un balance bueno, me he sentido muy apoyado y comprendido. He aprendido mucho y me he entregado lo que he podido. No es una tarea fácil y muchas veces no puedes contentar a todos porque hay que pensar en la Diócesis más que en la persona en concreto.
No tengo una espina clava, ha habido momentos de sufrimiento pero a mi las heridas me curan rápido, siempre he intentado ponerme en el lugar del otro.
Báculo de D. Antonio Gómez

Como Obispo de Teruel y Albarracín en su tarea pastoral, ¿donde pondrá sus acentos?
Yo no tengo que poner los acentos, a mi me gustaría que hubiera mucho diálogo, escucha, actuar de acuerdo a todos los consejos. Un obispo puede hacer sus propuestas pero siempre haciéndolo con todos. Escuchar y preguntar mucho. Hay una pregunta que es fundamental ¿qué tal estás?, es la pedagogía de Cristo en el camino de Emaús ¿qué es lo que os está pasando?
 
¿Cuáles son sus retos a corto plazo?
La Diócesis de Teruel y Albarracín es muy rural y muy serrana. Hay núcleos muy pequeños y no hay que pensar en cantidad de gente sino en llegar a la gente, acercarme a ellos, visitarlos, acompañarlos y también hay retos de cuidar a los jóvenes, a los adolescentes y a los niños para que sientan a la Iglesia como su casa y la quieran de verdad, para eso hay que dar pasos de escucha y de acompañamiento personal, porque si no hay todo lo anterior, no surgirán vocaciones. Hay que caminar mucho, mucho camino de Emaús hasta llegar al final.
 
Su encuentro con el Papa Francisco, ¿cómo fue?
Era la primera vez que me vestía con el traje de Obispo y nada más vestirme me dio la sensación de que iba a salir a rodar una película. El encuentro con el Papa fue genial como es él, parece que le conoces de toda la vida y él a ti. Me preguntó qué tal estaba y me dijo que no me preocupara, que fuera yo mismo, que me divirtiera y que me tomara los problemas con soda, despacio. Me sentí muy acogido.

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D. Antonio Gómez se marcha de la diócesis, se lleva con él a su gato “Chispas”, sus cómics, sus películas, sus libros, sus dibujos y sobre todo, se lleva el cariño de todos nosotros.

Natalia Aguado León

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