lunes, 23 de noviembre de 2015

Infancia

La infancia de Santo Domingo se desenvuelve con la normalidad de un niño de su época. Las vidas de santos y las historias de mil batallas contadas en torno al hogar de la casa solariega, se entremezclaban con el aprendizaje de las primeras letras en Caleruega. Pronto los planes de Domingo cambiarán, queriendo sus padres darle una mejor educación, en lo que la época permitía en esta materia, irá a estudiar a casa de su tío sacerdote Don Gonzalo Garcés de Aza, al que la tradición coloca como arcipreste de la cercana villa de Gumiel de Izán. Muy posiblemente estudiaría en alguna de las escuelas parroquiales que se extendían por Castilla. Allí pasa su primeros años, aprendiendo “los usos de la Iglesia” El camino hacia el sacerdocio había comenzado.

Dos tradiciones se disputan a nuestro santo como alumno aventajado de otras tantas escuelas monásticas. Los estudios inmediatamente superiores a la  educación recibida de su tío, solían hacerse en escuelas internas monásticas. Los benedictinos de santo Domingo de Silos y los premostratenses de santa María de la Vid, aseguran “haber criado” al joven Domingo de Guzmán. Ambas tradiciones tienen sus lagunas, si bien, en la legislación primitiva de la Orden, redactada en parte por Domingo se ve un claro influjo del espíritu norbertino. La lectura y el recitado de memoria de los salmos, el canto litúrgico, la escritura y el cálculo aritmético al servicio del complicado cómputo eclesiástico, unida a una férrea disciplina conformaban, a grandes rasgos, la formación de Domingo.

Domingo ha cumplido los 14 años, y ha llegado el tiempo de abandonar la escuela de su tío o la escuela monástica, según se tomo una u otra tradición. Debe continuar los estudios en las escuelas superiores. En Castilla no había muchas opciones, no así al otro lado de los Pirineos, donde la oferta era mayor. Las ciudades de Compostela y, en menor medida, Toledo contaban con centros de cierto prestigio. Fuera de ellas, descontando algunas escuelas elementales instituidas por los cabildos de Osma o Salamanca, en toda Castilla, santo Domingo de Guzmán, no tenía más opciones que un centro escolar verdaderamente floreciente y de prestigio, el Studium de Palencia, germen de lo que luego será la primera universidad de España y la primera de Europa de fundación real.

Fray Luis Miguel García Palacios, O.P.
Subprior del Convento de San Pablo

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