miércoles, 14 de octubre de 2015

El agua

Los palentinos, casi todos, sabemos que en la Cripta de la Catedral hay un pozo de agua potable. Casi todos los palentinos hemos bebido de esta agua, pues todos los años, tras la Misa en honor a San Antolín, día 2 de septiembre, bajamos a la cripta a beber. Primero baja el Sr. Obispo, los veinte y más sacerdotes concelebrantes, las autoridades civiles y militares y, los políticos de todos los partidos. Porque al ritual de la bebida de agua del pozo, también acuden los políticos y tratan que les vea la televisión y la prensa se entere. Y, naturalmente, bajan los fieles, y algunos llevan una botella para que el enfermo de casa o el vecino impedido, puedan beberla.

¿Qué tiene el agua del pozo de la Cripta de la Catedral? Santa Teresa escribe a su muy amigo el P. Gracián, carmelita descalzo y le dice: “el agua de Palencia es harto buena”. ¿Buena en qué y por qué?
Santa Teresa tiene una doctrina admirable sobre el agua y sobre el agua bendita. Invito a quien esto leyere, que lea los capítulos 30 y 31 del Libro de la Vida. Y el capítulo 19 del Camino de Perfección. Admirable lo que dice del agua bendita como remedio para vencer al demonio y lograr verse libre de su maldad y tentaciones, con dolores físicos y males corporales.

Afirma santa Teresa que el demonio huye de la cruz, pero vuelve al poco tiempo. Sin embargo, cuando se rocía con agua bendita, el lugar por donde se ve al demonio, rápidamente huye y no vuelve. Lo dice y escribe la Santa.

Recomienda que en las Fundaciones no debe faltar el agua bendita, para rociar la cama a la hora de acostarse. Y en el Monasterio de la Trapa, una de las ceremonias que más emoción a los fieles que acuden al rezo de Completas, es cuando el P. Abad, a la puerta del claustro, rocía con agua bendita a cada uno de los monjes, que reverentes inclinan la cabeza.

El alma, dice la Santa, es como un huerto, del que Dios arranca las malas hierbas y planta flores. Nuestra obligación es cuidar las flores con la oración, el agua para regar el huerto. Y escribe que se puede hacer de cuatro maneras: sacando agua de un pozo, con una noria, aprovechando el cauce de un riachuelo y... sobre todo, cuando llueve.

Germán García Ferreras

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