jueves, 18 de junio de 2015

Desde San Andrés de Arroyo: “Silencio, oración, amor fraterno y entrega a Dios”

Al finalizar el curso y a las puertas de los meses estivales, necesitamos todos un remanso de paz, un lugar donde reposar nuestras inquietudes y dejar a un lado las prisas y el ritmo frenético agolpado a lo largo del curso... así que hoy, sin necesidad de hacer maletas, viajamos hasta un rincón de nuestra diócesis, en concreto al Monasterio de San Andrés de Arroyo ubicado en Santibáñez de Ecla donde 18 monjas cistercienses nos muestran qué hoy en día siguen existiendo oasis de paz y que esa paz, nace de la oración.

Hablamos con la madre abadesa, M. María del Carmen de la importancia de la oración, del significado de la Jornada Pro Orantibus que celebramos el pasado 31 de mayo y de los beneficios de la contemplación.

¿Qué es la Jornada Pro Orantibus?

La Jornada Pro Orantibus quiere decir literalmente “por los que rezan”, es la jornada dedicada a recordar a aquellos hombres y mujeres que dedican su vida a la oración, a estar con el señor amándoles y dejándose amar por Él y de ahí es de donde nace este oasis de paz.

¿Qué tiene de especial la Vida Contemplativa?

Todos los que orientamos nuestra vida a la contemplación partimos de un carisma, de una gracia especial del Espíritu Santo que nos capacita para vivir en soledad, en silencio, en oración, en amor fraterno y en definitiva, en una entrega confiada y alegre de la vida a Dios, que nos atrae hacia si y eso es lo más fundamental de la contemplación.

Ese espacio en el que estamos con el Señor y por eso se necesita esa oración y ese silencio.

¿La sociedad entiende la Vida Contemplativa?

En general la sociedad no entiende la Vida Contemplativa porque muchos valores evangélicos son contrarios a los criterios y objetivos del mundo que están basados en el dinero, el poder, el prestigio social y para los que así piensan y viven, les parece una auténtica locura una vida que sea anónima, una vida de austeridad, obediencia, en búsqueda permanente de Dios y en servicio leal a sus intereses.
El “Solo Dios basta” de Santa Teresa sintetiza muy bien cómo Dios puede llenar una vida y cómo llena la vida de los contemplativos.

La contemplación tiene muchos beneficios pero sólo se ven desde la fe. Es como un árbol, vemos sus frutos y nos encantan pero si no hubiera raíz el árbol se secaría, la raíz no se ve, está oculta, pero no por eso es menos valiosa, sin ella el fruto no sería posible.

¿Por qué la alegría es una de las principales características de la Vida Contemplativa?

Cuando Dios está en el corazón, la tristeza no se puede dar. Una monja triste es una triste monja. El dedicar la vida a Dios y a la oración te llena y es una alegría que no es como la que se puede experimentar fuera, una alegría quizá más superficial. Para los que conocemos la verdadera alegría, la que nace de dentro de la unión con Dios, es una alegría distinta.

Las penas de este mundo son relativas, cuando se ven las cosas de tejas para abajo, las penas son muy grandes, pero cuando las penas se miran de tejas para arriba, nos damos cuenta de que son penas temporales, que pasan, las penas se ven de otra manera y la alegría que nos viene del Señor, puede con las penas. Tenemos penas como todos, pero sabemos vivirlas de otra manera.

Natalia Aguado León

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