domingo, 3 de mayo de 2015

XX Peregrinación a la Trapa

El 25 de abril tuvo lugar en Palencia la XX Peregrinación a la Trapa, acontecimiento anual inaugurado por el obispo D. Rafael Palmero en 1996. Como cada año, los jóvenes y todas aquellas personas que lo desearon caminaron durante 15 kilómetros hasta llegar al monasterio de San Isidro de Dueñas. Nuestra parroquia también participó junto al resto de la diócesis.

Nos reunimos a las 10 de la mañana en la dársena del Canal de Castilla para comenzar nuestra marcha tras un pequeño momento de oración en el que se nos entregó un cuadernillo que nos iba a acompañar durante todo el día. En él se nos invitaba a ver la peregrinación como una metáfora de la vida, a viajar con el corazón, a descubrirnos a nosotros mismos y a los demás, y por supuesto, a buscar un tiempo para reflexionar y rezar y dejar que Dios nos tocara.

De esta manera nos pusimos en camino deseando que la lluvia no hiciera presencia, lo que no ocurrió hasta muchas horas más tarde (pero por entonces ya estábamos resguardados en el monasterio). Anduvimos juntos hasta Villamuriel, donde hicimos un pequeño descanso en el colegio de los Salesianos y aprovechamos para reponer fuerzas. Al mismo tiempo compartimos nuestros testimonios de vida cristiana centrándonos en el ejemplo de Santa Teresa de Jesús.

Tras ello seguimos camino. Durante esta segunda etapa, los sacerdotes y los seminaristas acompañaron rezando el rosario a pequeños grupos. Así la caminata se hizo más amena. Finalmente, a las 14.30 horas de la tarde, llegábamos al monasterio, donde nos estaba esperando nuestro obispo para compartir la comida con nosotros.

Después de este descanso, el abad y otros monjes de la Trapa salieron a saludarnos y mantuvimos una charla con ellos acerca de cómo se dieron cuenta de su vocación y cuál ha sido su experiencia hasta el día de hoy. El abad nos invitó a ser libres, entendiendo esta libertad como un camino para ser fieles a lo que Dios nos pide. José Antonio y Andrés nos contaron su testimonio de vida y nos invitaron a poner a Dios siempre en el centro de nuestra vida.

El vicario de la diócesis, entonces, nos ayudó a realizar un examen de conciencia para poder realizar una buena confesión antes de la Eucaristía, que tuvo lugar a las 17 horas de la tarde y estuvo presidida por nuestro obispo. Al término de la Misa, los peregrinos nos dirigimos hacia el autocar que nos llevó de vuelta a Palencia.

Damos gracias a Dios por este día tan maravilloso que pasamos “haciendo Iglesia” y le pedimos que este acontecimiento dé sus frutos en los corazones de todos aquellos que asistieron. Agradecemos desde nuestra parroquia también la labor de organización de la diócesis, la acogida de los monjes y la presencia de nuestros seminaristas.

¡NOS VEMOS EN LA PEREGRINACIÓN DEL AÑO QUE VIENE!

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