domingo, 30 de noviembre de 2014

Convocado por Cáritas, FACIAM (Federación de Asociaciones de Centros para la Integración y Ayuda a Marginados), fePsh (Federación de Entidades de Apoyo a las Personas sin hogar), XAPSLL (Xarxa d´Atenció a Persones sense llar) y BesteBi (Plataforma por la inclusión residencial y a favor de personas sin hogar de Bizkaia), el pasado 30 de noviembre celebramos el DÍA DE LAS PERSONAS SIN HOGAR que este año ha llevado por lema “POR UNA VIVIENDA DIGNA Y ADECUADA. NADIE SIN HOGAR”.

Estas entidades han querido denunciar que la «situación de emergencia residencial» que se vive en España y añaden que «no se trata de una afirmación alarmista, sino de una constatación que ponen de manifiesto los datos». Así, mientras fePsh indica que más de 30.000 personas viven en nuestro país sin hogar y sin techo, el VII Informe FOESSA señala que en 2013 un 3,3% de personas en España viven en situación de hacinamiento. Y, según datos de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, entre enero y julio de 2013 se produjeron en España 35.908 desahucios; y el 83% de los afectados afirman no tener otra vivienda, ni de propiedad, ni de alquiler, en la que alojarse.

Nos recuerdan que «toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada». Este derecho se incumple gravemente en las personas y familias que no tienen techo o, aún teniéndolo, no disfrutan de una vivienda digna, adecuada, en paz y en un entorno habitable y sustentable. En las que se ven empujadas a vivir sin techo, en espacios públicos o pernoctando en algún centro de emergencia y de carácter temporal. O en las que no tiene otro remedio que seguir viviendo en una recinto inadecuado, ya sea una chabola o en una vivienda masificada.

Nos animan a «aprehender que no hay derechos para nosotros y “sobras” para las personas que están en situación de sin hogar». Y nos recuerdan que «somos todos seres humanos y, por tanto, titulares de derechos. Y todas las personas son igual de prioritarias en la garantía de sus derechos por parte de las Administraciones públicas».


Yo tenía una casa... y fui feliz mientras viví en ella. Mi casa fue siempre mi lugar de referencia, donde me sentía seguro, acompañado y podía ser yo mismo, allí me sentía persona y formaba parte de la sociedad.

Luego la vida se complicó, empezaron a aparecer los problemas, todos encadenados, algunos por responsabilidad mía y otros iban surgiendo por el contexto en el que me hallaba y las relaciones que iba consolidando con personas que no me convenían. En muy poco tiempo me encontré solo, sin recursos en los que poder apoyarme, ayudarme y que me acompañasen.

Todo mi mundo y mi vida se vinieron abajo cuando me vi fuera de mi casa, en la calle. Es en ese momento cuando eres consciente y te das cuenta de lo que pierdes y lo que significa tener una casa, un hogar.

Cuando llegas a la calle es porque no tienes un apoyo; porque los que tenías no te readmiten. Sientes ansiedad, frustración, la autoestima baja, y ante todo, soledad; mucha soledad. Cuando llegas a la calle caminas mucho, terminas con los pies destrozados; no puedes realizarte curas o tener la higiene que querrías, llegando a ser tu única preocupación el no caer enfermo. Cuando llegas a la calle y ves a otras personas con sus hijos y su familia, tiendes a comparar con lo que tenías antes, siendo inevitable el sentimiento de pérdidas y desprotección. Cuando llegas a la calle el aspecto psicológico hace que estés al límite; no tienes comida, no descansas, sientes miedo a robos o agresiones... tardas en darte cuenta de que has tocado fondo, que vives en una fragilidad constante.

Volver a la familia es difícil cuando estás en situación de calle, sientes la pérdida de su amor, que nada te sostiene, que no tienes eso que llaman “red social” que te apoye y no te deje caer.

La sociedad nos convierte en “no seres humanos”. Se comportan así porque no comprenden; huyen, tienden a abandonarte. Algunos te llegan incluso a decir “te lo has ganado a pulso”. No han de tener ese egoísmo, esa autodefensa de su alrededor, ese miedo... somos personas; un día tuvimos nuestra casa, nuestro trabajo, nuestra familia... como el resto; nadie está exento de poder pasar por esto. Un problema de salud, una depresión... te puede llevar a la calle. No elegimos vivir en la calle, sin derechos.

Como queremos ser uno más, queremos que se nos escuche; tener una casa no se trata de un privilegio, es un derecho a todas luces. Tener acceso a ella no debería ser algo que nos tuviésemos que ganar, sino algo que esta sociedad no se puede permitir.

Tener un sitio donde volver, donde alguien pueda estar esperándonos, donde poder sentarnos cómodamente; un lugar en el que tengamos una mesa para comer, una ducha que utilizar, una cama para dormir... en definitiva, un hogar al que llegar, y en el que poder estar. ¿Acaso es esto pedir demasiado?

Somos muchos los que llevamos viajando durante mucho tiempo a ninguna parte. No hay conciencia del cansancio físico y mental que eso supone... por ello es tan importante tener un destino. Siempre hay un destino al que las personas llegan. ¿Qué hay del nuestro? ¿Dónde está ese descanso y esa seguridad necesarios?

“Tu casa puede sustituir al mundo; el mundo jamás sustituirá a tu casa” (Proverbio alemán)

Premio Nueva Evangelización

El pasado 24 de noviembre, Mons. Esteban Escudero recibió el premio “Nueva Evangelización” que otorga la Fundación Alter Christus, en reconocimiento a la labor pastoral realizada por nuestro Obispo en las más de medio centenar de catequesis on line que ha impartido a través del portal Evangelizaciondigital.org.

Sin Hogar... Sin Techo... en Palencia

El Centro de Acogida a Personas Sin Hogar de Cáritas Palencia ha albergado en lo que va de año a 771 personas, un centenar más que en el mismo período del pasado año, con 1.123 ingresos. De estas 708 eran hombres, 63 mujeres y 356 repitieron estancia.

Durante el último año se ha incrementado la acogida de personas mayores de 65 años. El Centro acoge a personas entre 18 y 65 años de edad al entender que para el resto de tramos de edad existen recursos. Sin embargo, cada vez llegan más ancianos abandonan las residencias para personas de la tercera edad.

El perfil sigue siendo en el de personas que han perdido su hogar por culpa de adicciones o la crisis, que acaban de salir de la cárcel o están a punto de ingresar en ella, con órdenes de alejamiento e incluso madres con niños de corta edad. Cada persona presenta carencias y dificultades específicas y lo único que tienen en común es que están en la calle.

El tiempo mínimo de estancia es de dos días para quienes solo buscan dormir y alimentarse y se puede prolongar hasta un año para quienes deciden iniciar programas para su reinserción en la sociedad. También, durante el primer mes ya fuera del Centro se permite comer en el mismo para que así puedan reducir gastos y contribuir a que mantengan su autonomía.

El Centro de Acogida a Personas Sin Hogar de Cáritas Palencia cuenta con 30 plazas. En el mismo trabajan seis personas además de 34 voluntarios. El Centro permanece abierto las 24 horas del día durante todo el año.

30 de noviembre de 2014 I Domingo de Adviento

  • Is 63, 16b-1 7. 19b; 64, 2b-7 ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases! 
  • Sal 79 Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve 
  • 1Cor 1, 3-9 Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo 
  • Mc 13, 33-37 Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa

El Señor viene, vigilad
La liturgia de este primer domingo de Adviento proclama y celebra el gran anuncio: «El Señor viene». La espera del Apóstol es dar testimonio por medio de los dones recibidos (2 Lect). El Evangelio invita a esperar al Señor porque no se sabe el día de su venida (Ev).

Comienza el Año Litúrgico

sábado, 29 de noviembre de 2014

Del Youcat: ¿No es la oración una huida de la realidad?»

¿No es la oración una huida de la realidad?» (509)

Quien ora no huye de la realidad: más bien abre los ojos para ver toda la realidad. Recibe del mismo Dios todopoderoso la fuerza para resistir la realidad. 

La oración es como una gasolinera donde se recibe gratis la energía para recorrer caminos lejanos y para los retos más extremos. La oración no saca de la realidad, sino que introduce plenamente en ella. Orar no es perder el tiempo, sino que duplica el tiempo que queda, lo llena de sentido desde dentro.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Nombramientos

Durante los últimos días, el Obispo de la Diócesis, Mons. Esteban Escudero ha realizado nuevos nombramientos. D. José Luis Caballero Clérigo: Vocal del arciprestazgo del Brezo para el Consejo Presbiteral Diocesano. D. Patricio Cuesta Bravo, O.F.M: Confesor Ordinario de la Comunidad de Religiosas del Real Monasterio de Santa Clara, en la ciduad de Palencia. Y D. Luis Ángel Montes Peral: Capellán de las Religiosas Carmelitas Misioneras Teresianas, de la “Residencia San José” de Palencia.

Apertura en la Diócesis del Año de la Vida Consagrada

A través de una carta, Mons. Esteban Escudero ha invitado a las Comunidades Religiosas de Vida Activa a participar en las Primeras Vísperas del I Domingo de Adviento, y la Eucaristía, en la Santa Iglesia Catedral de Palencia, el sábado 29 de noviembre, a las 17.30 h. Será una ocasión preciosa para, reunidos como Iglesia diocesana en torno a la mesa del Señor inaugurar este año de gracia.
Asimismo, invita a las Comunidades de Vida Contemplativa ha unirse, al mismo tiempo, en la oración a la Iglesia Diocesana y la Iglesia Universal.

Con el comienzo del Año Litúrgico, el próximo 29 de noviembre, arranca en toda la Iglesia Universal el Año de la Vida Consagrada convocado por el Papa Francisco. Un Año que estamos llamados a vivir diligentemente y que se inserta en el proceso de renovación espiritual y pastoral que el Papa está impulsando en la Iglesia de Cristo para todos los católicos.

En primer lugar este Año está pensado en el contexto de los 50 años del Concilio Vaticano II y, en particular de los 50 años de la publicación del decreto conciliar “Perfecta caritatis” sobre la renovación de la vida consagrada... Reconociendo en estos 50 años que nos separan del Concilio un tiempo de gracia para la vida consagrada, en cuanto marcados por la presencia del Espíritu Santo que nos lleva a vivir también las debilidades e infidelidades como experiencia de la misericordia y del amor de Dios… este año debe ser “una ocasión para recordar con memoria grata este pasado reciente”. Y aquí encontramos el primer objetivo del Año de la Vida Consagrada.

Con la mirada positiva sobre este tiempo de gracia que va del Concilio a hoy, se nos presenta el segundo objetivo... “abrazar al futuro con esperanza”. Somos conscientes de que el momento actual es “delicado y fatigoso” y que la crisis que atraviesa la sociedad y la misma Iglesia toca plenamente a la vida consagrada. Debemos asumir esta crisis como una ocasión favorable para el crecimiento en profundidad y, por tanto de esperanza, motivada por la certeza de que la vida consagrada no podrá desaparecer nunca de la Iglesia ya que “fue querida por el mismo Jesús como parte irremovible de su Iglesia”.

Esta esperanza no nos ahorra, y de esto son muy conscientes los consagrados, “vivir el presente con pasión”, y este es el tercer objetivo del Año... que será un momento importante para “evangelizar” la vocación propia y dar testimonio de la belleza del seguimiento a Cristo en las múltiples formas en que se desarrolla nuestra vida. Los consagrados recogen el testigo que les dejaron sus fundadores y... quieren despertar al mundo con su testimonio profético y... su presencia en las periferias existenciales de la pobreza y el pensamiento.

El logo para el año de la vida consagrada -obra de la pintora Carmela Boccasile- expresa en símbolos los valores fundamentales de la consagración religiosa. En ella se reconoce la «obra incesante del Espíritu Santo, que a lo largo de los siglos difunde las riquezas de la práctica de los consejos evangélicos a través de múltiples carismas, y que también por esta vía hace presente de modo perenne en la Iglesia y en el mundo, en el tiempo y en el espacio, el misterio de Cristo» (Vita consecrata, 5).

En el signo gráfico que delinea la paloma se intuye en árabe «paz»: un llamado a la vocación de la vida consagrada a ser ejemplo de reconciliación universal en Cristo.

Las aguas, formadas por teselas de mosaico, indican la complejidad y la armonía de los elementos humanos y cósmicos que el Espíritu hace «brotar» según los misteriosos designios de Dios (cf. Ro 8, 26-27) para que converjan en el encuentro acogedor y fecundo que lleva a una nueva creación. La paloma vuela sobre las aguas del diluvio entre las olas de la historia (cf. Gn 8, 8-14). Los consagrados y consagradas en el signo del Evangelio peregrinos desde siempre viven entre los pueblos su diversidad carismática y diaconal como «buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (1 Pe 4, 10); marcados por la Cruz de Cristo hasta el martirio, viven la historia con la sabiduría del Evangelio, Iglesia que abraza y sana todo lo humano en Cristo.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

El mayor premio es compartirlo

Desde hace unos días hay un anuncio en la televisión que nos pone un nudo en la garganta. A veces, la publicidad -sin olvidarse de su objetivo... vender- es capaz de recordarnos cosas que no deberíamos haber olvidado. Y no os voy a explicar el anuncio -porque supongo que ya lo habréis visto- pero ya os digo que encuentro más VIDA en estos 150 segundos que en muchas películas de 90 minutos... y por supuesto... más que en todos los telediarios del año... juntos.

Dicho esto... también os digo que me deja un profundo regusto agridulce el anuncio de la lotería. “EL MAYOR PREMIO ES COMPARTIRLO” nos dice. Pues SÍ, tan cierto como que ahora es de día. Y, según cuentan... cosas como estas ya pasaban antaño. «El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba» (Hch 4, 32-34)).

Lo que os digo... “pasaba”. Y no es mala cosa que la publicidad venga a recordarnos que “en compartir está el mayor premio”. Pero NO me gustaría que esto se quedara en el típico arrebato prenavideño. Que somos muy dados a ello. Y SÍ me gustaría que este “mayor premio” lo buscáramos durante todo el año. Aprovechando todo momento y oportunidad. Pues seguramente todo sería distinto si eso hiciéramos.

Hace años, en otras circunstancias de mi vida, hablábamos de “el compartir -no solo económico- como actitud evangélica”. Y lo mismo tenemos que volver a hablar de ello. Y apuntando en “no solo lo económico” pues aunque necesario, y más en estos tiempos... muchas veces “lo fácil” es tirar de ese “algo suelto” en el bolsillo... El “gesto” es rápido y tranquiliza conciencias.

Más complicado es «ambicionad los carismas mayores» (1 Co 12, 31) y compartirlos, ponerlos a disposición de los demás...

Nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestras ideas, nuestras manos, nuestras sonrisas, nuestros oídos... Cada uno se tendrá que mirar por dentro y responder a la pregunta: ¿Qué “mayor premio” tengo yo... para poder compartir? Ahí os lo dejo. Y ahí me lo dejo.

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«Entonces, ¿qué, hermanos? Cuando os reunís, uno tiene un salmo, otro tiene una enseñanza, otro tiene una revelación, otro tiene don de lenguas, otro tiene una interpretación: hágase todo para edificación» (1 Co 14, 26)

«Ante todo, mantened un amor intenso entre vosotros, porque el amor tapa multitud de pecados. Sed hospitalarios unos con otros sin protestar. Como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios, poned al servicio de los demás el carisma que cada uno ha recibido» (1 Pe 4, 8-10)

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PD: Aunque el anuncio se adelante “como el almendro”... y nos meta en la Navidad... aun no es tiempo de deciros Feliz Navidad.

Y sí FELIZ ADVIENTO.

Domingo Pérez

La duda del creyente

La duda del creyente no es pecado de incredulidad; es sencillamente el precio que tenemos que pagar por nuestra condición humana.

Cristo no rechaza por sus dudas a santo Tomás, el apóstol, sino que le invita a ser un buen creyente y cuida de él, cuando se presenta la dificultad. Tomás parece que huye, pero Jesús le busca y le cerca: «No seas incrédulo, sino creyente» (Jn 20, 27).

Los humanos hacemos caminos que, en ocasiones, se tornan oscuros. Y todo esto tiene un peaje, un tributo: la duda. El creyente a veces duda de su fe. Y hasta de Dios, término de su fe. Suponemos que los no creyentes, tal vez, duden también de su incredulidad. Por tanto, si optamos por la fe, sabemos que creeremos, a pesar de las dudas. Decía John H. Newman: «Un creyente es aquel que es capaz e soportar dudas y certezas».

La fe es certeza, pero tiene una dimensión oscura, ya que aún no poseemos ni vemos con los sentidos aquello que esperamos ansiosamente ver y poseer. Dice San Juan: «Somos hijos de Dios, aunque todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser...».

La fe siempre es un don muy personal, muy de cada uno. Es una opción, un salto audaz, una decisión que afecta a lo más hondo del ser humano. Ello no quiere decir que la fe sea mero subjetivismo. Somos “hijos de la luz”. Dios nos ha buscado primero. Pero compartimos sombras y hasta dudas con todos los humanos. Peregrinamos, aunque es de noche.

Por otra parte, “religión” no es lo mismo que “fe”. Ni todas las religiones se definen o se han definido como una “fe”. Las hay que se han definido como una Ley. Por ejemplo, los judíos del Antiguo Testamento veían su judaísmo como una regla de vida, aunque el acto de fe iba adquiriendo cada vez en ellos una preponderancia mayor. No en vano su padre era Abraham: incuestionable “padre de los creyentes”.

Los antiguos romanos ponían su religiosidad en la observancia práctica de unos determinados ritos y costumbres. El acto de fe en lo sobrenatural no era decisivo para ellos. Podía incluso no haberlo, y no por eso dejaban de ser infieles a su religión...

¿Y el budismo? Los budistas, en el silencio y la meditación, buscan el Absoluto de Dios. Pero no le ponen nombre. Ante el misterio callan. Los cristianos, sin embargo, decimos: “yo creo”. “¡Yo creo!” ¿Nos damos cuenta del atrevimiento de este “yo creo”? Introducimos nuestro “yo” más personal en esta afirmación atrevida. Por tanto la fe es algo personalísimo, íntimo, de cada cual. Y, además, no nos despojamos de la razón, cuando hacemos un acto de fe.

Chesterton decía aquella humorada de que para entrar en la Iglesia, hemos de quitarnos el sombrero, pero no la cabeza. Leemos, a veces, que, en otras épocas (por ejemplo, en la Edad Media) todo el mundo era creyente. ¡Cuidado! Había también mucho creyente externo, social, mucho “simpatizante”. ¿Todos habían interiorizado su fe?

Entre Dios y el hombre hay un abismo infinito. Los ojos del hombre sólo pueden abarcar lo que no es Dios. Dios es invisible para los hombres. Por eso decimos “creo”; si no, diríamos “yo sé”, “estoy seguro”, “lo he visto con los ojos de la cara”. Dios no aparece, no se hace evidente, visible o palpable a los sentidos de nuestro cuerpo. Por mucho que se ensanche el campo de nuestras percepciones, Dios es el inabarcable.

Por eso adviene la duda. Algo normal para quien hace camino en un túnel oscuro, aunque llevemos una lámpara en la frente. Como los mineros en la mina.

Eduardo de la Hera

martes, 25 de noviembre de 2014

Santa Catalina de Alejandría. Su fiesta se celebra el 25 de noviembre

Talla en madera policromada. Anónimo del S.XVI (hacia 1500). Parroquia de Quintanilla de la Cueza. Museo Diocesano de Palencia.
Nace hacia el 287 en Alejandría. Según la leyenda era hija única del rey Costo, pagano y cruel. Nos dice la tradición que la comunidad cristiana de Alejandría fue fundada por el evangelista San Marcos y en ella floreció la mejor escuela catequética de su tiempo. En ella estudió la bella e inteligente Catalina, que estudió filosofía y teología y se hizo cristiana. Con 18 años se presentó ante el Emperador Maximino y le recriminó su crueldad con los cristianos. Asombrado por su audacia y elocuencia, y sin poder competir con ella en sabiduría, la detuvo y llamó a un grupo de sabios para que Catalina apostatara de su fe. Como algunos de estos se convirtieron al cristianismo, el emperador mandó azotarla y meterla en la cárcel. Mientras tanto, la emperatriz, deseosa de ver a Catalina fue a visitarla y también se convirtió. Al ver que la fe de Catalina no se debilitaba fue condenada a morir en la rueda. Al tocarla el instrumento de tortura Dios hizo llover piedras que mataron a los verdugos y la rueda se destruyó. Enojado, el emperador la mandó decapitar y unos ángeles trasladaron su cabeza al monte Sinaí donde más tarde se construyó un monasterio y una iglesia en su honor.

Es, junto con Santa Bárbara, Santa Lucía, Santa Águeda y Santa Apolonia, una de las cinco santas mártires más invocadas en la Edad Media. Pronto se convirtió en patrona de doncellas y estudiantes femeninas. Asimismo, al ser la rueda de la tortura su emblema los carreteros se colocaron bajo su protección. Y por destacar por su saber y ciencia, su intercesión fue implorada por teólogos, predicadores, filósofos y apologetas. Tan era así, que antes de estudiar, escribir, y predicar se la rezaba para que iluminase sus mentes.

El arte la representa con corona por ser hija de rey. Con la rueda, la espada, con el emperador a sus pies, y en pintura consagrándose a Cristo en el “desposorio místico”. Existen muchas representaciones artísticas en la diócesis, y entre ellas destacan las de los Museos diocesano y de Becerril de Campos y las de la Catedral.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía: Antonio Rubio

Oración

Padre todopoderoso, que concediste a la mártir Santa Catalina pelear el combate de la fe hasta el derramamiento de su sangre, te rogamos que su intercesión nos ayude a soportar por tu amor la adversidad, y a caminar con valentía hacia ti.

Una Cofradía muy especial

Acabo de leer que la corporación católica multimedia estadounidense “Our Sunday Visitor” ha editado un folleto en inglés y en español titulado “Los 10 secretos del Papa Francisco para la felicidad”. Y en el octavo de estos preceptos, el Papa nos invita a “dejar de ser negativos”... y es que últimamente no dejo de pensar que en nuestra vida de Iglesia ocupan demasiado tiempo las quejas, la nostalgia de que cualquier tiempo pasado fue mejor, los vicios, pecados y corruptelas que asolan nuestra vida de cristianos. Creo que esto no ayuda en nada a recuperar el vigor espiritual que necesitamos. Todos somos conocedores de la falta de vocaciones, de la ausencia de compromiso serio de los que nos decimos cristianos, de la pérdida de valores... y ¿a dónde nos llevan estas lamentaciones? Recuperemos nuestras ganas de salir a la calle para anunciar a un Cristo vivo, que sigue llamando cada día, que dice verdades como templos y que nos ofrece la llave para llevar nuestra vida a la plenitud.

Así que me pongo manos a la obra, para tratar de descubrir a muchas personas que trabajan a diario por poner su granito de arena, por llevar el Evangelio a los que no tienen la oportunidad de conocerlo. Y llego a un pueblo de Campos, de unos 450 habitantes... y me encuentro con Vanesa Zanca, vecina de Amusco y que junto a su hermana y otros vecinos de Amusco han creado la Cofradía Infantil Virgen de las Fuentes. La finalidad de esta cofradía es “mostrar la devoción de las generaciones más jóvenes a la Virgen de las Fuentes”. Desconocemos si hay otras cofradías infantiles y -en principio- creemos que es una iniciativa pionera.

Vanesa lamentaba que en su pueblo no hubiera grupos de catequesis de comunión... no hay niños en esa eda... pero gracias a la insistencia y perseverancia de su madre, decidió crear grupos de catequesis para niños de 2 a 5 años. ¿Qué les iban a enseñar? Pues sobre todo, les iban a hablar de Jesús, enseñarles las oraciones más sencillas y todo ello... a través de juegos y trabajos manuales. Y sobre todo, con mucha alegría... porque la Fe en Jesús es una fe viva, alegre y entusiasta.

Vanesa es una muestra de cómo, con ilusión y ganas, podemos cambiar las circunstancias. Ella podría haber elegido la opción de quejarse del descenso de natalidad, del envejecimiento de la población en el mundo rural, de la falta de implicación de las personas y no... se puso manos a la obra. Eso es lo que nos pide el Papa y lo que nos dice el Evangelio: “sal por los caminos y senderos” (Lc 14).

¡Ah…! Se me olvidaba, Vanesa junto con otros vecinos del pueblo también han pasado a la acción, remodelando el salón parroquial, donde se amontonaban muchos libros y documentos. Después de limpiarlo, acondicionarlo, instalar varias estanterías y clasificarlos... un día a la semana, el salón parroquial se convierte en sala de lectura y biblioteca para facilitar a los vecinos el acceso a estos libros.

Natalia Aguado León

lunes, 24 de noviembre de 2014

Encuentro regional de Pastoral de la Salud

El día 25 -a las 11h en la Casa de la Iglesia- se celebrerá el Encuentro de responsables de Pastoral de la Salud de la Iglesia en Castilla. En el mismo participarán Mons. Gerardo Melgar (Obispo responsable de Pastoral de la Salud) y Mons. Esteban Escudero.
Cereaduey, el supermercado de la cooperativa Agropal, en colaboración con Cadena Ser Palencia, ha puesto en marcha una campaña solidaria a beneficio de Cáritas Diocesana de Palencia. Hasta el 30 de noviembre en los supermercados Cereaduey del Polígono Industrial de Palencia y de Baltanás se recogerá todo tipo de productos de droguería, perfumería e higiene, para la limpieza del hogar y el aseo personal, que se entregarán a Caritas Diocesana para su distribución entre las familias que más lo necesiten.

El objetivo es “que no haya una sola familia en Palencia que no tenga los productos necesarios para limpiar su casa o para su aseo personal”, manifestó Lucas Ferreras, presidente de Agropal. Así se pretende responder a una necesidad básica que tienen muchas familias. Por eso, por primera vez se realiza una campaña de recogida de productos de droguería, perfumería, higiene y aseo personal.
“Cuando se realizan campañas solidarias siempre pensamos en la comida, pero no basta con comer, hay también otras necesidades básicas muy importantes. Igual que tenemos que comer, tenemos que lavarnos, limpiar la casa o dar colonia a nuestros hijos”, explicó Juan José Martínez, delegado de Cáritas Diocesana.

La campaña cuenta con la colaboración de Cadena Ser Palencia, “donde no dudamos nunca en participar en cualquier iniciativa que beneficie a los palentinos y esté al lado de los que más lo necesitan”, apuntó su director, Manu Dávila.

domingo, 23 de noviembre de 2014

23 de noviembre de 2014 Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

  • Ez 34, 11-12. 15-17 A vosotros mis ovejas vaya juzgar entre oveja y oveja 
  • Sal 22 El Señor es mi pastor, nada me falta 
  • 1Cor 15, 20-26a. 28 Devolverá a Dios Padre su reino y así Dios lo será todo para todos 
  • Mt 25, 31-46 Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros
Cristo reina ahora y siempre
La solemnidad de hoy sintetiza el misterio de la salvación. Cristo es el Rey del universo y de la historia. En los momentos más tristes de la historia de Israel, el profeta anima a su pueblo a confiar y a esperar. La promesa divina se cumplirá en el futuro Mesías (1 Lect). Pablo dedica el último capítulo de la segunda carta a la comunidad de Corinto al tema de la resurrección y determina el orden (2 Lect). Mateo describe el juicio. El juez pone a su derecha a unos y a los otros a su izquierda. Juzgará a cada uno según las obras de misericordia (Ev).

sábado, 22 de noviembre de 2014

Cristo Rey

La Delegación Diocesana de Laicos celebra el sábado 22 de noviembre una vigilia en la Catedral a las 20h. El tema central de esta celebración girará en torno al lema de la festividad de Cristo Rey: “No temas: Yo soy el primero y el último”. La fiesta de Cristo Rey se celebra el último domingo del Año Litúrgico. En la fiesta de Cristo Rey celebramos que Cristo puede empezar a reinar en nuestros corazones en el momento en que nosotros se lo permitamos.

Jamás dar escándalo, siempre perdonar y tener fe

Todo cristiano, cualquiera que sea su vocación, debe saber perdonar siempre y no dar jamás escándalo, porque el «escándalo destruye la fe». Son palabras del Papa Francisco en la Misa matutina, celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta el pasado 11 de noviembre.

Mejor arrojarse al mar con una piedra atada al cuello. Jesús, prefiere una imagen cruda a cualquier otra expresión endulzada, cuando dice a sus discípulos que cosa piensan de quienes dan escándalo a los otros, especialmente si son indefensos. El Papa Francisco estructuró su homilía centrándose en el pasaje del Evangelio de Lucas, enunciando tres palabras claves: escándalo, perdón y fe. «Ay de aquellos que escandalizan», afirma Cristo... y esto, dijo el Papa, vale para todos los cristianos. «Escándalo es decir y profesar un estilo de vida “soy cristiano” y luego vivir como pagano, que no cree en nada». Esto da escándalo «porque falta el testimonio», mientras «la fe confesada -subrayó el Papa Francisco- es vida vivida»:

«Cuando un cristiano o una cristiana, que va a la iglesia, que va a la parroquia, no vive así, escandaliza. Pero cuántas veces hemos escuchado: “Pero yo no voy a la Iglesia porque es mejor ser honesto en casa y no ir como aquel o aquella que van a la Iglesia y luego hacen esto, esto…” ¡El escándalo destruye, destruye la fe! Y por esto Jesús es tan fuerte: “¡Estén atentos! ¡Estén atentos!”. Y esto nos hará bien repetirlo hoy: ¡Estén atentos a ustedes mismos! Todos nosotros somos capaces de escandalizar».

Del mismo modo, todos deberíamos saber perdonar. Y perdonar «siempre», insiste el Papa haciendo eco de las palabras de Cristo, que invita a hacerlo incluso «siete veces en un día» si quien nos ha hecho una falta nos los pide arrepentido. Jesús, observa el Papa Francisco, «exagera para hacernos entender la importancia del perdón», porque «un cristiano que no es capaz de perdonar, escandaliza: no es cristiano»:

«Debemos perdonar, porque somos perdonados. Y esto está en el Padre nuestro: Jesús nos lo ha enseñado ahí. Y esto no se entiende en la lógica humana, la lógica humana te lleva a no perdonar, a la venganza; te lleva al odio, a la división. Cuántas familias divididas por no perdonarse: ¡cuántas familias! Hijos alejados de sus padres, marido y mujer alejados… es tan importante pensar en esto: si yo no perdono no tengo, parece que no tengo derecho -parece- de ser perdonado o no he entendido que cosa significa que el Señor me haya perdonado. Esta es la segunda palabra, perdón».

Se entiende entonces, concluyó el Papa Francisco, «porque los discípulos, escuchando estas cosas, le dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”»:

«Sin la fe no se puede vivir sin escandalizar y siempre perdonando. Solamente la luz de la fe, de aquella fe que nosotros hemos recibido. De la fe en un Padre misericordioso, de un Hijo que ha dado su vida por nosotros, de un Espíritu que está dentro de nosotros y nos ayuda a crecer, la fe en la Iglesia, la fe en el pueblo de Dios, bautizado, santo. Y esto es un don, la fe es un regalo. Ninguno con los libros, asistiendo a conferencias, puede tener la fe. La fe es un regalo de Dios que te dan y por esto los apóstoles pedían a Jesús: “Auméntanos la fe”».

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cada Vida importa

Las asociaciones y movimientos provida de Palencia estarán presentes en la Manifestación por la vida, la mujer y la maternidad que se celebra en Madrid, el próximo 22 de noviembre. En la rueda de prensa que convocaron los responsables de estas asociaciones destacaron que: “La vida es el primer derecho, sin él no existen todos los demás. ¡No dejemos decaer en nuestro ánimo y empeño en la causa de la vida! El próximo día 22, seremos la voz de los sin voz y de todas las mujeres que lloran sin lágrimas y gritan en silencio”, indicó Carmina de Castro, de Adevida Palencia.
 
Incripciones: Agencia Mundiboy. C/ de la Cestilla, 7

El pan... nuestro

El mundo está cambiando, qué duda cabe. No sólo es la economía, también la sociedad, las formas de pensar... los valores que dan sentido. Nada nuevo, cada época posee su mitología, su conjunto de creencias, sus relatos que otorgan unidad a quienes los comparten. En Roma era el culto al emperador; en el Medievo, Dios; después el Rey, más tarde y a partir del siglo XVIII, la razón y la democracia. ¿Qué nos toca a nosotros, ciudadanos del XXI?

Al margen de lo que uno tenga en su cabeza, son nuestros actos lo que nos definen, y todos, absolutamente todos, rendimos culto a las necesidades de nuestro cuerpo. Unas necesidades que tienen precio, un precio que se paga con dinero, un dinero que se gana con trabajo. Ahora bien, admitiendo el hecho de que debemos comer, poseer un techo, disfrutar de un ocio, esta premisa material podría agotarse en unos mínimos y después... “dedicarnos a otras cosas”. ¡No ocurre así! La simple materialidad supone la religión de nuestro tiempo: rendir pleitesía a la levedad de nuestros gozos, la mayoría pagados con dinero.

Esta vaciedad de la vida se expresa en frases como “es lo que hay”, “vive a tope”, “sólo arrepiéntete de lo que no hayas hecho”... una religión vitalista que muchas veces es positiva, pero que nace de una constatación: todo se lo lleva la muerte. Sin duda hemos comprendido como nunca lo frágiles que somos, lo inútiles que son nuestros grandes proyectos, ¡y supone una gran verdad, una verdad que también la Biblia recoge! El problema es que lo que debiera ser una conclusión “de paso”, un apeadero en nuestra búsqueda de sentido, se convierte en la estación final, en la única alternativa. De manera que nada existe salvo mi “yo presente”, el disfrute de mi parte material, o como mucho mi preocupación (también material) por un puñado de personas que me importan: los amigos, la familia...

Hasta ahora, todo muy humano, muy comprensible: “no hay nada sobre las tejas, tampoco bajo tierra”. La conclusión: no merece la pena crecer hacia abajo, hacia lo profundo, sino extenderse en horizontal, acopiar experiencias, y si es posible “juveniles”, excitantes, que requieran una robustez y salud físicas... Pero (y aquí está la clave) acumular experiencias, gozos y sensaciones supone poder pagarlas. Y como nada es gratis, el vitalismo se aferra a otra máxima: “sólo existes si tienes”, “tanto tienes, tanto vales”. Una regla que enriquece a los proveedores de experiencias, que deja vacíos a los que se dedican a acumularlas.

Hora es de decirlo: el cristianismo no condena ese materialismo vitalista, la constatación de nuestra finitud... aunque sí sus buscadas consecuencias. Nos quieren débiles y ansiosos, inseguros... para vendernos la receta. Desean que concibamos la existencia como un simple mercado, como una carrera. Una competición en que los que no poseen dejan de llamarse personas.

Y frente a esto encontramos el vitalismo de Jesús, que crece primero hacia dentro, que luego desborda hacia fuera. No se puede decir de Él que no disfrutase de la vida, salvo por una diferencia: “se daba gratis”.

“De pan vive el hombre”, sin duda, y estamos lejos de esa realidad para una mayoría. Pero, saciado nuestro estómago, la comida se disfruta más en compañía. Por eso rezamos el Padrenuestro en plural: “danos nuestro pan”, y por eso celebramos la Eucaristía. Visto así, es un gesto “contracorriente”. Porque el puro consumismo conduce a la soledad; nos deja la cabeza fría y los pies muy secos.

Asier Aparicio
Pastoral Social

jueves, 20 de noviembre de 2014

La Fundación Buen Samaritano necesita de tu ayuda

El 5 de abril de 2012, nuestro Obispo daba rúbrica a los Estatutos de la Fundación «El Buen Samaritano, Ayuda a las Personas en Paro» cuyo fin es “atender, a través de Caritas Diocesana, las demandas de ayuda económica para las personas que se encuentran en situación de desempleo y que carezcan de recursos económicos para satisfacer las necesidades básicas de su vida y de su familia así como los costes soportados en la adquisición y/o arrendamiento de su vivienda habitual y/o de los gastos accesorios de la misma, todo ello como actos de caridad cristiana, de conformidad a los principios y valores propios de la doctrina de la Iglesia Católica”.

Más de dos años después, a nuestro alrededor sigue habiendo miles de personas sin empleo y sin recursos con dificultades para hacer frente a su difícil situación familiar. Nuestra ayuda solidaria continua siendo necesaria. Y es por ello que se hace un llamamiento al incremento de donativos para este fin.

Rogamos a las gentes de buena voluntad tengan a bien, dar un donativo especial a CÁRITAS DIOCESANA, en la medida de sus posibilidades económicas, especificando su destino: “Diócesis Palencia. El buen samaritano”. El donativo puede entregarlo en su Parroquia o bien en la siguente Cuenta Corriente.

Como ha sido hasta ahora, se garantiza que la ayuda irá destinada íntegramente a las personas sin empleo y sin recursos, asumiendo el Obispado los posibles gastos de gestión.

FUNDACIÓN «EL BUEN SAMARITANO, AYUDA A LAS PERSONAS EN PARO»
CAJA ESPAÑA-DUERO       ES33  2096  0338  70  3653374100

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Día de la Dedicación de la Catedral

El 19 de noviembre se celebra el Día de la Dedicación de la Catedral, con este motivo se celebrará la Eucaristía a las 18h.
 
La dedicación de la S.I. Catedral de Palencia tuvo lugar el 19 de noviembre de 1897. La consagró el Obispo de Palencia, Mons. Enrique Almaraz y Santos, después Cardenal Primado de Toledo. En aquel entonces, se colocaron las doce cruces de mármol que pueden verse por las distintas columnas de las naves laterales. Simbolizan a los doce apóstoles, fundamento de la Iglesia de Jesucristo. De acuerdo con el ritual, se las ungió con el óleo santo. Todos los años, este día  se encienden las velas que hay debajo de cada una de ellas.

martes, 18 de noviembre de 2014

La alegría

La alegría
No quería Santa Teresa de Jesús, santos tristes, ni monjas melancólicas. No admitía cristianos pesimistas que todo lo ven mal y difícilmente admiten el optimismo del prójimo. Quería que los cristianos comenzásemos a caminar por el camino de la santidad con espíritu alegre. Pedía a sus monjas que alimentasen en su espíritu las ansias de imitar a los santos y no rehusasen el martirio, si se presentaba la ocasión de dar testimonio de la fe cristiana.

Muy acertado el Papa Francisco, cuando en su Mensaje para el V Centenario del Nacimiento de la Santa de Ávila, pone la palabra alegría como el primer paso por el CAMINO que nos enseña santa Teresa de Jesús. Escribe el Papa: “¿Por qué caminos quiere el Señor llevarnos tras las huellas y de la mano de santa Teresa? Quisiera recordar cuatro que me hacen mucho bien: el camino de la alegría de la oración, de la fraternidad y del propio tiempo”. Antes de la oración y la fraternidad está la alegría, apoyándose en la bondad y providencia divinas. Y repite la frase de la santa en Camino de Perfección (Cap 8): “Andar alegres sirviendo” y la expresión teresiana “un santo triste es un triste santo”.

Santa Teresa vivía la alegría en tal grado que en sus escritos hay más de quince palabras que significan alegría y paz de espíritu: Bienaventuranza, contento, deleite, felicidad, fiesta, de buena gana, gloria, gozo, gusto, placer, regalo, regocijo, sabor, satisfacción... Palabras que se repiten con frecuencia.

Advierte el Papa que la alegría de santa Teresa era contagiosa. No era una alegría egoísta. Por eso afirma Camino de Perfección (Cap 3): “El gran bien que me perece hay en el reino del cielo es ya no tener cuenta con cosas de la tierra y un alegrarse de que se alegren todos”.

Ella misma advierte que los grandes dolores de sus enfermedades, tan duraderas algunas, eran motivo para alegrarse mirando a la cruz y pensando en el Resucitado. Acude al ejemplo de una buena esposa que está siempre al lado del esposo, en la salud, en los trabajos y en las enfermedades. ¿Nos alegramos con la alegría de los demás? ¿Nos alegran los éxitos del prójimo?

Germán García Ferreras

lunes, 17 de noviembre de 2014

De la Doctrina Social: Los sindicatos

Los sindicatos
[306] La doctrina social enseña que las relaciones en el mundo del trabajo se han de caracterizar por la colaboración: el odio y la lucha por eliminar al otro, constituyen métodos absolutamente inaceptables, porque en todo sistema social son indispensables al proceso de producción tanto el trabajo como el capital. A la luz de esta concepción, la doctrina social «no considera de ninguna manera que los sindicatos constituyan únicamente el reflejo de la estructura “de clase”, de la sociedad ni que sean el exponente de la lucha de clases que gobierna inevitablemente la vida social». Los sindicatos son propiamente los promotores de la lucha por la justicia social, por los derechos de los hombres del trabajo, en sus profesiones específicas: «Esta “lucha” debe ser vista como una acción de defensa normal “en favor” del justo bien; [...] no es una lucha “contra” los demás». El sindicato, siendo ante todo un medio para la solidaridad y la justicia, no puede abusar de los instrumentos de lucha; en razón de su vocación, debe vencer las tentaciones del corporativismo, saberse autorregular y ponderar las consecuencias de sus opciones en relación al bien común.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Se clausura “Eucharistia”

La exposición “Eucharistia” de las Edades del Hombre, cerró sus puertas el pasado 10 de noviembre en Aranda de Duero, con más de 301.000 visitantes, un 33% más que la anterior muestra, con gran repercusión en la localidad y su entorno.

La siguiente estación de Las Edades, con doble sede y carácter extraordinario, tendrá como eje el de Santa Teresa de Jesús en el año en que se conmemorará el quinto centenario de su nacimiento (1515-1582), y para la que se espera la visita del Papa Francisco.

Memoria agradecida para Don Adrián de la Hera Blanco, voluntario ejemplar

El pasado día 2 de noviembre falleció en San Salvador de Cantamuda, a los 96 años D. Adrián de la Hera Blanco. Durante largos años ha ejercido como voluntario ejemplar enseñando la iglesia parroquial, “su querida parroquia”, como a él le gustaba decir. Atendía desinteresadamente a todos los que llamaban a su puerta y le pedían visitar el bellísimo templo románico del siglo XII. No le importaban la hora, ni dejar muchas veces de comer, ni pasar frio, ni dejar de hacer sus cosas para atenderles. Siempre demostraba interés por dar a conocer “la joya de fe” heredada de sus antepasados, por realizar esa labor callada pero tan sacrificada de ser tan amante y servicial con todos.

Me ha pedido su hijo Eduardo, sacerdote, que no me pase en elogios, pero es justo hacerle este reconocimiento público desde la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural y Artístico y en su persona también hacérselo a todos los voluntarios de la diócesis de Palencia que sirven a la iglesia y a la nueva evangelización con esta tarea de abrir los templos, cuidarlos y enseñar el arte que en ellos hay.

Gracias señor Adrián por los servicios prestados a tu parroquia y a la iglesia, y que Dios, que es el mejor de los pagadores, te haya abierto las puertas del cielo y te haya mostrado la riqueza inmensa de su amor paternal.

José Luis Calvo Calleja

Voluntariado Cristiano

La Delegación de Pastoral Social organizó el pasado 7 de noviembre una mesa de experiencias en la que participaron voluntarios cristianos de distintas áreas de la Diócesis: De Pastoral de la Salud intervino Rosa Andrés; de Cáritas parroquial de Allende el Río, Pilar Martínez; Francisco San Gregorio de Manos Unidas; y Pilar Martín de Pastoral Penitenciaria. El objetivo de esta iniciativa era conocer las vivencias de estos voluntarios cristianos que, en un momento dado de su vida y desde su opción creyente, decidieron dedicar su tiempo y esfuerzo a colaborar en la construcción de un mundo mejor. Cada uno, en un área diferente de nuestra Diócesis, pero todos concluyeron que este voluntariado les hace mejores personas y a pesar de las dificultades, les llena en su compromiso cristiano.

Los cuatro voluntarios narraron su experiencia, sus inquietudes y sus utopías. Coincidieron también en crear un tejido, una red coordinada de los distintos voluntarios cristianos en la Diócesis. Además, reclamaron un mayor compromiso por parte de los voluntarios y la participación de gente joven.

¿Necesitará mi parroquia algo de mi?

El Concilio Vaticano II nos enseña que «la diócesis es una parte del Pueblo de Dios que se confía a un obispo para que la apaciente con la colaboración de su presbiterio. Así, unida a su pastor, que la reúne en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular. En ella está verdaderamente presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa, católica y apostólica».

El pasado 16 de noviembre, hemos celebramos, un año más, el Día de la Iglesia Diocesana, el día de nuestra diócesis. Es un día para darnos cuenta de que, más allá de nuestra comunidad parroquial, de nuestra unidad pastoral, de nuestro movimiento apostólico o de nuestro convento o monasterio, todos juntos formamos una misma Iglesia particular, unidos en comunión de amor con Dios Padre por Cristo en el Espíritu Santo y unidos entre nosotros por los lazos de la comunión eclesial. Pretende, pues, crear conciencia entre los católicos de todas estas comunidades cristianas de que pertenecemos a la Iglesia particular de Palencia.

En el Día de la Iglesia Diocesana celebramos también que vivimos nuestra fe en una parroquia concreta, con cristianos de todas las edades, y con nuestros sacerdotes y religiosos. La parroquia nos acompaña en los momentos más importantes de nuestra vida, en la mayoría de las ocasiones en los instantes más felices, pero también en los que necesitamos apoyo, en los momentos tristes. Nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte y nos hace mejores, es nuestra casa, el lugar de los encuentros vitales, que nos edifican como buenos ciudadanos y como hijos de Dios. No vivimos la fe en soledad, sino en comunidad junto a otros hermanos nuestros.

El lema del Día de la Iglesia Diocesana de este año nos quiere hacer conscientes de que «participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios». En nuestra parroquia, hemos recibido el don de la fe por el bautismo, que es el mayor regalo de amor, de misericordia y de perdón que Dios nos ha dado. Pero lo que hemos recibido gratis, hemos de darlo gratis. Así pues, debemos preguntarnos seriamente: ¿me preocupo por mi parroquia? ¿necesitará mi parroquia algo de mí? ¿necesitará mis conocimientos profesionales como voluntario en alguno de las tareas pastorales que desarrolla? ¿necesitará que yo sea generoso con mi dinero? Si queremos “participar en la parroquia”, el Día de la Iglesia Diocesana de este año nos recuerda que todos debemos poner a disposición de los demás nuestras mejores cualidades, nuestro particular “carisma” recibido de Dios.

Todos podemos colaborar con la parroquia de muchas maneras, como catequistas, como animadores de los jóvenes o ayudando en el mantenimiento del templo o de otras muchas formas. Además, cara al exterior, también debemos hablar a otros de las actividades de nuestra parroquia. La mejor forma de comunicar la fe es transmitirla boca a boca, dentro de nuestra propia familia, en nuestro trabajo, con nuestros amigos. De esta forma, la parroquia, que a muchos les puede parecer lejana, se presenta como lo que es: una realidad cercana, que dinamiza la actividad social y cultural de nuestros pueblos.
Pero, sobre todo, la parroquia es fuente de vida espiritual. El mensaje de Jesucristo es importante para nosotros... pero también es esencial para la vida del prójimo. También ellos necesitan de Jesús y de su mensaje de salvación para todo ser humano. Nuestra misión como cristianos es llevar el Evangelio a los demás, para que también ellos conozcan y amen a Dios, para que tengan esperanza, para que vivan en el amor al prójimo.

Para todo esto, la parroquia precisa de los medios necesarios para poder continuar con su labor pastoral, y por ello se nos pide que todos nosotros ayudemos a su mantenimiento, que la sintamos como nuestra, también en sus gastos. Desde Cáritas a las diversas actividades evangelizadoras, pasando por los gastos corrientes que hay en cualquier vivienda, la parroquia nos necesita. El sentido de pertenencia a la Iglesia debe llevarnos a todos a implicarnos en sus tareas pastorales, pero la Iglesia necesita también de nuestra colaboración económica. Las aportaciones voluntarias de los católicos es la parte más importante del sostenimiento económico de la Iglesia. La mejor forma de colaborar con ella es la aportación periódica personal o familiar, abonada mediante domiciliación bancaria. La cuantía dependerá de la situación económica familiar y de la generosidad de cada uno de nosotros.

«Participar, pues, en tu parroquia es hacer una declaración de principios». Es reconocernos públicamente hijos y miembros de la Iglesia de Cristo, hermanos unos de otros, integrantes de la misma comunidad parroquial, insertada en la gran comunidad eclesial que es la diócesis.

+Esteban, Obispo de Palencia

16 de noviembre de 2014 XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario

  • Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31 Trabaja con la destreza de sus manos 
  • Sal 127 Dichoso el que teme al Señor
  • 1Tes 5, 1-6 Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón 
  • Mt 25, 14-30 Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor
 
La fidelidad en lo poco
Las lecturas ponen de relieve la responsabilidad en el trabajo cotidiano. La laboriosidad y responsabilidad de la mujer es el mejor ejemplo de una vida de trabajo, esfuerzo y talento al servicio de la familia y de los necesitados (1 Lect). No se pueden ocultar los talentos, se deben manifestar para rendir cuentas. Somos administradores, no dueños (Ev). La venida del Señor es cierta y, a la vez, se desconoce el día y la hora. Mientras esperarnos su venida no podernos dormir (2 Lect). 

Día y Colecta de la Iglesia Diocesana

Día de la Iglesia Diocesana 2014: "Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios"

El Día de la Iglesia Diocesana pretende crear conciencia entre los católicos de que pertenecemos a la Iglesia particular de Palencia y nos anima, como dice el lema de este año a “participar en tu parroquia”, pues hacerlo “es una declaración de principios”.

Cuando hablamos de “participar en la parroquia”, y más en este Día de la Iglesia Diocesana, podemos pensar solo en la ayuda económica. Y aunque esto es importante, hay más formas. Todos podemos poner a disposición de los demás nuestros carismas mejores.

Podemos hacernos voluntarios de la parroquia. Catequistas, animadores de jóvenes o ayudar en el mantenimiento del templo son esenciales para el funcionamiento. También podemos hablar a otros de las actividades de la parroquia. La mejor forma de llegar a todos, y de comunicar la fe, es transmitirla boca a boca, en nuestro trabajo, con nuestros amigos. De esta forma, esa parroquia que a muchos les puede parecer lejana, distanciada, se presenta como lo que es: una realidad cercana y que dinamiza toda la actividad social y cultural de nuestros pueblos. En definitiva, todos somos necesarios en la parroquia.

La parroquia también es fuente del bien espiritual. El mensaje de Jesús es necesario para nosotros, no sabríamos vivir sin su Él... y también puede llegar a ser esencial para el prójimo. Él necesita de Jesús, tiene que conocerlo. Es nuestra labor como cristianos, llevar el mensaje al otro para que ame, para que lo conozca, para que sea feliz.

Asimismo, simplemente educando a nuestros hijos, llevándolos a la Eucaristía y explicándoles lo que allí acontece es “participar en la parroquia”, hacer más Iglesia. La parroquia nos acompaña en los momentos más importantes de nuestra vida, en la mayoría de las ocasiones en los instantes más felices, pero también en los que necesitamos apoyo, en los momentos tristes, Nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte y nos hace mejores, más felices, es nuestra casa, el lugar de los encuentros vitales, aquellos que nos construyen. ¿No queremos que eso también lo viva el prójimo? Digámoslo.

Y además, la parroquia necesita continuar con su labor, y para ello es necesario que todos nosotros, responsables de su mantenimiento, la sintamos como nuestra también en sus gastos. Desde Cáritas a las diversas actividades pastorales, pasando por los gastos corrientes que hay en cualquier vivienda, la parroquia nos necesita.

El sentido de pertenencia a la Iglesia debe llevarnos a todos a implicarnos más en las tareas pastorales, pero, la Iglesia necesita, también, de nuestra colaboración económica. Las aportaciones voluntarias de los católicos es la parte más importante del sostenimiento económico de la Iglesia. La mejor forma de colaborar es con una aportación periódica personal o familiar, abonada por domiciliación bancaria. La cuantía dependerá de la situación económica familiar y de la generosidad de sus miembros.

Cinco tentaciones a evitar
Palabras del Papa Francisco en su discurso en el final del Sínodo de la Familia. 18 de octubre de 2014:
  1. La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celantes, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados “tradicionalistas” y también de los intelectualistas.
  2. La tentación del “buenismo” destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa y las raíces. Es la tentación de los “buenistas”, de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
  3. La tentacion de transformar la piedra en pan para romper el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra, y tirársela contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8, 7) es de transformarlo en “fardos insoportables” (Lc 10, 27).
  4. La tentación de descender de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios. 
  5. La tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!

sábado, 15 de noviembre de 2014

Un libro: La Oración. Aliento del alma

La Oración. Aliento del alma

Benedicto XVI
Ed. San Pablo


Una selección de textos de Benedicto XVI, tomados de sus homilías, audiencias y alocuciones, que se centran en la oración, fuente y alimento de la fe y de la vida cristianas, y en las diversas manifestaciones de la oración que encontramos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. En sus escritos, Benedicto XVI exhorta a los fieles a vincularse con Cristo mediante la oración personal y la liturgia, que proyecta al hombre en el «nosotros» de la Iglesia universal que ora. La selección de textos es de Giuliano Vigini, profundo conocedor de la obra del Papa Benedicto.

jueves, 13 de noviembre de 2014

La Iglesia Diocesana desde la Evangelii Gaudium

El Papa Francisco nos invita a una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría Que brota del encuentro personal con Jesucristo, que transforma radicalmente la vida del creyente. Este deseo apremiante del Papa debe llevar también a nuestra Iglesia diocesana, desde la fidelidad al Evangelio y en la fidelidad a Jesucristo, a seguir transmitiendo la fe recibida. Eso es una programación pastoral: mirar dónde está nuestra Iglesia con espíritu de conversión y, poniendo nuestra mirada en el mismo Dios, pensar cuáles han de serlos caminos que nos llevan hasta Dios y también hasta el hermano en el territorio concreto de nuestra diócesis y en cada una de nuestras parroquias.

¿Cómo podemos transmitir la fe en nuestra época a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos? ¿Cómo crecer en unión entre nosotros? ¿Cómo sentirnos todos mucho más implicados en la pastoral de nuestra parroquia y de nuestra diócesis? ¿Cómo ayudar mejor a los que lo necesitan y sentirnos profundamente unidos a ellos en su necesidad? ¡Son tantas las preguntas que como comunidad de creyentes nos podemos hacer! Y solo una es la respuesta: Jesucristo.

Nuestra Iglesia diocesana debe estar siempre mirando al futuro. Mirando a Dios y mirando a los hombres de nuestra tierra. Fieles al Evangelio, que nos hace salir hacia el otro, el prójimo, el hermano, en cualquier situación en la que se encuentre: «Ve y haz tú lo mismo» (Lc 10, 37), «Ve y diles» (Jn 20, 17). Esa es la clave del Evangelio.

Nuestra vida de creyentes es una vida en misión, que se encarna en los límites humanos. Como el Buen Samaritano, nuestra acción ha de estar orientada a sanar, curar y salvar a todos con el aceite y el vino de la salvación que restituye a todo hombre caído y abandonado, al que se le ha robado y quebrado su dignidad. Nuestra vida de creyentes es, a su vez, una vida que se hace anuncio, anuncio de aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida. Desde nuestra humildad hacemos presente al Señor resucitado.

martes, 11 de noviembre de 2014

Tiempos recios

Es la frase de Santa Teresa de Jesús que más se repite en la predicación de los Obispos en los actos relacionados con el V Centenario de su Nacimiento. Y la frase completa, tal como la pronunció la Santa de Ávila, es así: “se necesitan amigos fuertes de Dios”. Porque en el lenguaje del evangelio, a imitación de Cristo, no podemos detenernos en lo negativo. “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, dijo el Señor. Los cristianos debemos caminar por el camino de Jesús llevando vida y regalando vida: comida para el que pasa hambre, ropa para el enfermo que tiene frío y consuelo para el triste...

En Camino de Perfección leemos: “En este tiempo vinieron a mi noticia de los daños de Francia y el estrago que habían hecho estos luteranos y cuánto iba en crecimiento esta desventurada secta. Dióme gran fatiga, y como si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el Señor y le suplicaba remediase tanto mal. Me parecía que mil vidas pusiera yo para remedio de un alma de las que allí se perdían”. Y en el libro de su Vida leemos: “Gané la grandísima pena que me da las muchísimas almas que se condenan y los grandes ímpetus de aprovechar a las almas”. Añadiendo en otro lugar: “Siempre tuve grandísimos deseos de la honra de Dios y bien de las almas, que por una se dejara matar muchas veces”.

Afirmaciones rotundas y claras en el libro de la Vida: “Con este amor a la fe infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, procura ir siempre conforme a lo que tiene la Iglesia... Le parece desmenuzaría los demonios sobre una verdad de la que tiene la Iglesia”. Y añade: “Por cualquier verdad de las Sagradas escrituras me pondría yo a morir mil muertes”.

“Amigos fuertes de Dios”. A sus monjas las dice: “Cuando vuestras oraciones y deseos y disciplinas y ayunos no se emplearen en ayudar a los defensores de la Iglesia y predicadores... pensad que no hacéis ni cumplís el fin para que aquí, en el convento, os junto el Señor”.

“Tiempos recios” en España con una manifiesta persecución a la Iglesia por parte de demasiados españoles. ¿Dónde están los “amigos fuertes de Dios”? ¿No abundan los cristianos cobardes? Necesitarnos de la ayuda de santa Teresa de Jesús.

Germán García Ferreras

lunes, 10 de noviembre de 2014

Del You Cat: ¿Qué puede aportar el individuo al bien común?

¿Qué puede aportar el individuo al bien común?
(328) Trabajar por el bien común quiere decir asumir responsabilidades en favor de los demás [1913-1917, 1926]

El bien común debe ser cosa de todos. Esto se da en primer lugar cuando las personas se comprometen en su ambiente concreto -familia, vecindario, trabajo- y asumen responsabilidades. Implicarse también en responsabilidades sociales y políticas es importante. Pero quien asume una responsabilidad, ejerce el poder y está siempre en peligro de abusar de este poder. Por eso todo responsable está llamado a un proceso continuo de conversión, para poder ejercer el cuidado de los otros en justicia y en caridad permanentes.

domingo, 9 de noviembre de 2014

9 de noviembre de 2014 La Dedicación de la Basílica de Letrán

  • Ez 47, 1-2. 8-9. 12 Vi que manaba agua del lado derecho del templo, y habrá vida donde quiera que llegue la corriente 
  • Sal 45 El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada 
  • Cor 3, 9c-11. 16-17 Sois templo de Dios 
  • Jn 2, 13-22 Hablaba del templo de su cuerpo

El verdadero templo
La Basílica lateranense, catedral del Papa en Roma, es una de las iglesias cristianas más antiguas. Es símbolo de la unidad entre todas las comunidades cristianas esparcidas por todo el mundo con Roma. La fuente de agua viva brota del templo de Dios (1 Lect). Cristo resucitado es este templo, la casa de oración. Él es el camino, la verdad y la vida (Ev). El Espíritu Santo que habita en el bautizado lo convierte en edificio de Dios (2 Lect).

sábado, 8 de noviembre de 2014

¿Todas las vidas valen lo mismo?

Una serie de situaciones, acontecimientos y debates han puesto de alguna manera sobre el tapete de la opinión pública e incluso de la conversación cotidiana la cuestión de la Vida, así con mayúsculas. Y una pregunta me asalta: ¿No está claro en el siglo XXI que la vida es un valor supremo y como tal toda vida humana debe ser respetada? ¿Se miden por el mismo rasero todas las vidas? ¿Son igual de importantes?

¿Por qué se organiza toda una expedición de más de cincuenta personas, enormemente especializadas, con un coste espectacular para rescatar el espeleólogo español Cecilio y se deja morir a Saah Exco, un niño de diez años, desnudo y desnutrido durante dos meses en las calles de Monrovia?

¿Por qué el caso de la enfermera Teresa, contagiada con el virus del Ébola ha puesto en marcha todo tipo de protocolos, iniciativas y medios mientras en Sierra Leona mueren 120 personas al día y en África han muerto ya más 4000 personas de la misma enfermedad, sin que a nosotros nos importase?

¿Por qué para salvar la vida de un niño con una enfermedad rara nos movilizamos todos y le llevamos a operar a EE.UU, mientras aquí no respetamos adecuadamente los derechos de los miles de no no-nacidos?

¿Por qué nos quedamos de brazos cruzados ante los 1.889 inmigrantes registrados que, según ACNUR han muerto en pateras intentando entrar en Europa este mismo año? ¿Por que hasta que no llegan a las puertas de Europa no nos ha importado una guerra en Siria que ha producido ya 191.000 muertos, muchos civiles? ¿Por qué... por qué?

Parece evidente que la frase de Ortega y Gasset: “el ser humano es el yo y sus circunstancias” también podemos aplicarla aquí. Más que la vida humana en sí nos importan “las circunstancias”: la vida es importante si la tenemos cerca, si es de los nuestros, si afecta a nuestros intereses económicos, turísticos o estratégicos... si no se dan estas circunstancias la vida humana vale menos, tiene menos dignidad, no repercute en nuestra existencia, dejamos pasar cualquier atentado contra ella. ¡Qué pena!

Tirso Castrillo
Artículo publicado en Utopía

Ébola... ¿una nueva enfermedad maldita?

¿Qué es la enfermedad del Ébola? Es una enfermedad rara grave, a menudo mortal, causada por el virus del Ébola. Actualmente no existe vacuna ni tratamiento específico para la enfermedad. La transmisibilidad se incrementa a medida que evoluciona la enfermedad. Se produce mediante: Contacto directo con sangre, secreciones u otros fluidos corporales, tejidos u órganos de personas vivas o muertas infectadas; Contacto directo con objetos contaminados con fluidos corporales de los pacientes; Contacto sexual: hasta 7 semanas después de la recuperación clínica (el virus está en el semen) y por contacto con animales vivos o muertos infectados (monos, chimpancés, antílopes y murciélagos).

El riesgo de infección por el virus del Ébola es extremadamente bajo, incluso si vive en zonas afectadas, siempre que no haya estado expuesto a líquidos corporales de una persona o un animal infectados, vivos o muertos. No se trasmite por el aire ni por mosquitos. El contacto fortuito en lugares públicos con personas aparentemente no enfermas no transmite la enfermedad. Los afectados no transmiten el virus antes de mostrar síntomas. No se trasmite por manipular dinero o alimentos, ni por bañarse en una piscina. Los alimentos que pueden trasmitir son carne de algunos animales procedentes de países afectados, especialmente carne fresca de caza.

El virus del Ébola no es muy estable y es sensible a la desinfección. Se elimina fácilmente con jabón, desinfectantes, lejía, luz solar o con la sequedad, por calentamiento durante 60 minutos a 60º o hirviendo durante 4 minutos. El lavado de la ropa en la lavadora destruye el virus. La refrigeración o congelación no inactiva estos virus.

Como siempre, el Ébola está afectando a países muy pobres, con población mal nutrida afectados de importantes problemas de salud, con escasa formación, e infraestructuras socio-sanitarias muy deficientes, por lo que su propagación y su gravedad son más importantes. Mientras en nuestros países lo vivimos con el miedo de que se propague entre nosotros, vemos como potenciales “enemigos” a las personas que llegan desde África y nos escandalizamos de la repatriación de personas afectadas por la enfermedad, criticando lo que los estados gastan en ese traslado y el riesgo al que “someten” a nuestras sociedades. Pero el miedo sólo agarrota y no permite buscar soluciones.

Más allá del miedo y de la prudencia está la solidaridad de tantos voluntarios que están en los países afectados por el Ébola, atendiendo a los enfermos, poniendo en peligro sus propias vidas, y que afirman que continuarán su labor a pesar del peligro que corren. Algunos de ellos afectados por el Ébola han sido repatriados y tras su tratamiento han superado la enfermedad.

Y, más allá de la solidaridad, está la entrega desde el Evangelio de tantos misioneros que viven desde hace años en los países africanos afectados actualmente por el Ébola, que tanto han trabajado por mejorar las condiciones de vida de las personas de aquellos países y que ahora continúan entregando su vida cuidando con amor a tantos enfermos, y acompañándoles hasta su muerte, haciendo real la presencia de Cristo, un Dios que nunca abandona a sus hijos.

Recientemente hemos vivido la repatriación a España de dos hermanos de San Juan de Dios (Miguel Pajares desde Liberia y Manuel García Viejo desde Sierra Leona), infectados por el virus del Ébola, y que han fallecido en nuestro país. Otros religiosos siguen allí, atendiendo a los enfermos. Ante estos acontecimientos sólo podemos mostrar una profunda reverencia y un sincero agradecimiento ante tantas personas que están entregando su vida con inmensa generosidad y caridad por tantos hermanos heridos por la enfermedad y la pobreza. Gracias a ellos no se está propagando más la enfermedad, por el contrario su labor es muy importante en el control de la enfermedad en unos países en los que la atención socio sanitaria es muy precaria, y los misioneros atienden a los enfermos y sus familias en sus ambulatorios y hospitales.

Teresa Valbuena. Médico.
Pastoral de la Salud