jueves, 16 de mayo de 2013

Es la hora de las personas, es el tiempo de los encuentros

“Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir” es ya una frase familiar que da nombre a la Campaña institucional de Cáritas y transmite un mensaje urgente y cotidiano a la sociedad, a los medios de comunicación, a la Administración y, por supuesto, a cada comunidad y a cada persona, para que tomemos conciencia y compromiso con la realidad y con el tiempo histórico que nos toca vivir. Es cierto que es un tiempo duro y difícil para muchísimas personas, familias enteras que ven día a día que la situación de desempleo, la falta de perspectivas y oportunidades derrumban sus expectativas de futuro. Es cierto también que el número de personas que viven en situación de pobreza grave o extrema ha aumentado en nuestro país, y en el resto del mundo se consolida aumentando hasta cantidades desorbitadas que pierden el sentido para nuestro entendimiento.

Desde esta situación se hace aún más arduo acoger y escuchar mensajes de esperanza, de cambio y mejora. Y sin embargo, el quehacer diario de organizaciones como Cáritas a través de la generosidad y el convencimiento de miles de personas que hacen posible una forma de vivir diferente, dan testimonio de que estamos en un nuevo tiempo en la historia, un tiempo de crecimiento y creación, un tiempo donde muchas cosas parecen llegar a su fin y se mueven de forma convulsa y sin rumbo pero, donde otras, germinan, nuevas, frescas, de forma silenciosa o alborotada.

Cáritas anuncia que vivir con sencillez puede ser la respuesta a muchas de nuestras insatisfacciones y vacíos, a nuestras soledades y hastíos. El consumo se ha convertido en el dios de todos, en una presencia que nos rodea y dirige lo que hacemos, soñamos y buscamos. La falta de empleo se ha convertido en una gran pandemia en los países del norte, que se suma a la realidad que cientos de países empobrecidos viven desde hace más de treinta años, y amenaza nuestra capacidad de consumo y de relación, porque para relacionarnos también necesitamos consumir.


Este paisaje que parece desdibujar nuestros sueños de confort y bienestar, que parece desmoronar el Estado de Bienestar, el bien común universal, tal vez podamos convertirlo en tierra prometida de vida nueva para todos, tierra para trazar nuevos caminos, para sembrar nuevas formas de relacionarnos con el mundo, con la naturaleza, con los bienes y con las personas.

Este año, la Campaña de Cáritas nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el trabajo, con lo que significa y con lo que esperamos de él. Y también, sobre nuestro modelo de convivencia, de relaciones con los demás, cómo construimos comunidad y la importancia de tejer redes. Nuestro modelo de desarrollo, de economía, de trabajo y de relación con los demás constituyen cuatro pilares de nuestra forma de entender la vida que ahora mismo están en cuestión. Podemos quedarnos como estamos o emprender un viaje a una tierra distinta y aventurarnos a dibujar nuevos trazos de la historia para hacer un mundo más justo y sencillo entre todos y crecer juntos en humanidad.



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