martes, 2 de abril de 2013

San Francisco de Paula

Escultura en madera, policromada y con pan de oro. Anónimo castellano. Segundo tercio del s. XVIII. Iglesia de San Sebastián (Abarca de Campos).
Nació en 1416 en Paula (Italia) y siendo joven peregrinó a Asís. Impresionado por la vida y pobreza de San Francisco y sus hijos, decidió hacerse ermitaño y dedicar su vida a la oración y penitencia. Vivió cinco años como anacoreta, y pronto se le unieron otros hombres. Fundó varias casas para sus religiosos, y les dio una ley que debían de cumplir durante toda su vida: “vivir en cuaresma perpetua”... haciendo las penitencias propias de ese tiempo litúrgico.

Como San Francisco llamó a sus seguidores “hermanos menores”, éste santo les designo como “hermanos mínimos” esto es los últimos, para que siendo los últimos, sean los primeros en servir y construir el Reino de Dios con los tres votos de pobreza extrema, castidad y obediencia.

Murió en el 2 de abril de 1507 en Tours (Francia) recomendado a sus hermanos la caridad reciproca y el mantenimiento de la austeridad de la regla. Fue canonizado en 1519, y su devoción se extendió por toda Europa occidental.


La Orden de los Mínimos tuvo convento en Saldaña. Fue fundado en 1606 y se situó en lo que es actualmente el cementerio viejo, muy cerca de la Iglesia de San Pedro. Del antiguo convento de los Paulas se conservan aún muros del S. XVIII y portada del XVII. Todos los conventos franciscanos palentinos le dedicaron retablos, esculturas y sobre todo un gran culto, invocándole para tener descendencia.

Se le representa vestido con un sayal, un bastón en la mano, barba blanca, con el lema “Charitas” escrito, y un cordón franciscano. A veces se le representa con una calavera en la mano y un flagelo en la otra, símbolo de penitencia.


Oración

Señor, Dios nuestro, grandeza de los humildes, que has elevado a San Francisco de Paula a la gloria de tus santos, concédenos, por su intercesión, imitar sus ejemplos para que alcancemos de tu misericordia el premio prometido a los humildes.

Texto: José Luis Calvo
Fotografía. Antonio Rubio

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