domingo, 7 de abril de 2013

Generosidad

Generosidad para dar de comer a quien pasa hambre. Para consolar al triste. Para vestir al desnudo que tiene frío. Para visitar a los enfermos y a los que están en la cárcel...

San Lucas nos dice: “Obrad con los hombres como quisierais que ellos obrasen con vosotros. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Con la medida que midiereis seréis medidos” ... “Dad y se os dará”. (Lc 6, 21-38)

San Juan de Ávila, en el sermón de un primer domingo de Cuaresma decía: “No tiene Jesucristo el amor y el corazón tasado y apocado, como nosotros, que si vemos a nuestros prójimos en alguna necesidad, ayudámosle con tasa y en esto sí y en esto no, y decimos: Ya hice el otro día por vos esto o lo otro; no puedo ahora más, baste lo hecho”. Y añade: “No hace Jesucristo así, sino ayúdanos y compadécese de nosotros, no una vez ni dos ni tres, sino cuantas veces lo hemos menester, y no aguarda a que lo llamemos, que Él se convida, y algunas veces, desechándolo, nos busca y olvidándonos de Él, hace que nos acordemos”.

“Es tan grande -sigue predicando- el amor que en su corazón nos tiene, que nunca jamás se olvida de nosotros, ni quita sus benditos ojos de nuestras necesidades, flaquezas y miserias para remediarlas”.
En el mismo sermón habla bastante del demonio “Es necesario que sepáis, hermano, que hay demonios tentadores y enemigos y tentaciones y que tenemos cruel guerra siempre con los demonios, para que no nos descuidemos”. Y sigue: “Este nuestro tentador y perverso enemigo no hay género de maldad que no intente, ni hay combate que él pueda darnos que no nos lo dé”.

Nuestro Papa Francisco, ha hablado con frecuencia del demonio: “El que no reza al Señor, reza al diablo, a la mundanidad del diablo”. Y a los cardenales les dijo: “No cedamos más al pesimismo que el diablo nos ofrece todos los días. Debemos tener la certeza de que el Espíritu Santo guía a la Iglesia”.

Germán García Ferreras

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