sábado, 9 de febrero de 2013

En tus manos

El pasado 10 de enero recibíamos la noticia de que la religiosa filipense, M. Encarnación fallecía y comenzaba su camino para estar ya presente con Dios Padre. Dedicamos como despedida a esta fiel religiosa unas palabras que ella misma escribió y que definen a la perfección su relación con Dios Padre

¡PADRE! en tus manos mi vida con todos sus trabajos por Ti empleados, con todas sus penas soportadas por Ti, con toda su miseria que clama a tu bondad.

¡PADRE! En tus manos mi pasado: donde tiene tu misericordia tanto que perdonar. Y tu Omnipotencia tanto que suplir, y tu justicia tanto que castigar.

¡PADRE! En tus manos mi presente: con las angustias que lo oscurecen, con las penas que lo atormentan; con el dolor de lo invade.

¡PADRE! En tus manos mi porvenir: porque lo has preparado con amor eterno; porque sé muy bien a Quien me confío y estoy segura que no me has de faltar...


¡PADRE! En tus manos mi alma: para que la purifiques con tu sangre divina, y la recibas con benigno abrazo, y la guardes eternamente junto a Ti.

¡PADRE! En tus manos los míos, para que cuide de ellos tu Corazón de Padre, para que te sirvan como Tú esperas, y den gloria según tu voluntad.

¡PADRE! En tus manos entrego mi vida, en tus manos acepto la muerte, en tus manos confío mi eternidad.

¡PADRE! En tus manos, es decir, en el abismo de AMOR INSONDABLE DE TU DIVINO CORAZÓN.

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