martes, 6 de noviembre de 2012

Homenaje a la tía Juliana

Ni ella misma cree que haya llegado a la edad de los cien años. Como buena administradora, hace la cuenta del año en que nació 1912 y el año en que estamos y comprueba, sorprendida y agradecida, que sí son 100 años, un siglo de vida. La Madre Encarnación, tía Juliana para sus sobrinos y resobrinos, y “majilla” para sus vecinos de Carrión y San Cebrián de Campos vivió el pasado 20 de octubre uno de esos días inolvidables. El pueblo de Carrión y la Congregación Filipense rindió un emotivo y sencillo homenaje a esta religiosa que lleva más de 80 años entregada por y para el Señor.

Personas que cumplen 100 años hay cada vez más... con tanto adelanto ahora somos más longevos. Pero personas que lleven 82 años de vida religiosa, es más difícil encontrar. Y... que estén en plenas facultades, ya casi ronda lo imposible. Pues bien, en la Casa de Espiritualidad de las Religiosas Filipenses de Carrión reside la M. Encarnación... que reúne todas las características antes mencionadas. 

Sorprenden estos 100 años y los más de 80 como religiosa. Pero lo que realmente llama la atención de esta mujer es la vivencia de su fe, lo interiorizado que tiene en su alma la presencia del Señor. Para que se hagan una idea las personas que no la conocen: “La majilla”, en una de las veces que tuvo que ingresar en el Hospital por un principio de neumonía, ordenó a los camilleros de la ambulancia a pasar por la capilla... antes de ir al Hospital, para despedirse del Señor. Allí, plantados los dos sanitarios... “la majilla” tumbada en la camilla, dirige su mirada azul al Sagrario y comenta: “Señor aquí me tienes. Si quieres que regrese a esta casa, tú harás que vuelva para acompañarte como todos los días en esta capilla ante el Sagrario. Y si lo que quieres es llevarme contigo... pues ya sabes, cógeme bien fuerte de la mano, y llévame contigo”. Imagino la cara de los camilleros, pero los que la conocemos somos sabedores de ese diálogo confiado y sincero que tiene con Dios. Hace escasos días, una periodista palentina titulaba su crónica como “el hilo directo con Dios”, y así es... Julianilla se comunica con Dios a través de sus oraciones y siempre tiene un recuerdo muy especial para los que ya están disfrutando de la Gloria de Dios en el cielo... y también para los que estamos aquí abajo, en la tierra, con nuestras preocupaciones y nuestras alegrías de las que ella siempre es partícipe.

Durante el homenaje, la iglesia de San Andrés estuvo abarrotada y era curioso ver la variedad de público, mayores, adultos, jóvenes, estudiantes, sacerdotes, religiosas, niños... hasta bebés en sus carritos y todos en torno a una mujer centenaria. El alcalde de Carrión de los Condes hizo entrega a la M. Encarnación de una placa en reconocimiento a su labor y entrega en el pueblo carrionés. Por su parte, la Madre General de las Filipenses también tuvo unas palabras de agradecimiento hacia la madre Encarnación por su dedicación y ejemplo como religiosa filipense. La celebración estuvo presidida por uno de sus sobrinos, el sacerdote palentino Emilio Martínez y concelebraron numerosos sacerdotes, todos ellos cercanos a la Madre Encarnación. Entre ellos, otro sobrino el salesiano Eusebio Martínez fue el encargado de pronunciar la homilía en la que destacó: “La vida generosa de mi tía no nos deja indiferentes en nuestros pactos más o menos disimulados con la mediocridad. Su vida nos impulsa a seguir viviendo con generosidad. Cuando le digamos felicidades cada uno le dirá muchas cosas. Una palabra lo resume todo es GRACIAS. Gracias, tía, por su vida que nos habla de la presencia paterna-materna de Dios entre nosotros. Gracias porque su vida nos enseña a hacer mejor la nuestra con la presencia de Dios, porque Dios... es MAJILLO y nos enseña a querer de verdad a todos”.

Nuestro Obispo no pudo participar en el acto de homenaje ya que se encontraba de visita pastoral pero sí que pudo felicitar personalmente a la Madre Encarnación el día de su cumpleaños el 18 de octubre, ya que se desplazó hasta Carrión para celebrar en la capilla de la Casa de las Religiosas Filipenses la Eucaristía y conmemorar así los 100 años de esta monja palentina, nacida en San Cebrián de Campos. 

Natalia Aguado León

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