domingo, 6 de mayo de 2012

Peregrinamos a La Trapa

El lema se hizo realidad... y la “alegría en el Señor” fue la nota predominante de la XVII Peregrinación a La Trapa en la que participaron unos 200 adolescentes y jóvenes. Un día en el que se buscaba “caminar” -en todas las dimensiones que para un cristiano tiene este verbo- pero la adversa climatología obligó a modificar buena parte del programa previsto.

Así, tras la acogida en a los participantes en el Seminario Menor Diocesano... los jóvenes, divididos en grupos, fueron caminando por distintas dimensiones de la “alegría”.

La reflexión personal y en grupo sobre “La alegría del encuentro”, “La alegría de conocernos”, “La alegría de ser joven” y “La alegría del Resucitado” sirvió a los jóvenes para conocerse, convivir, compartir la fe y la vida. Sin duda se pudo vivir la experiencia sentirse unidos a gente joven que se hace preguntas, que quiere ser protagonista de su vida y que descubre en Jesús un modelo de vida.

A la hora de la comida, se unieron a los participantes en la Peregrinación, el Mons. Escudero y el Padre Juan Javier Martín  -nuevo Abad de La Trapa- que compartieron con los jóvenes sus testimonios sobre “La alegría del Hermano Rafael”. El Hermano Rubén (novicio) expresó a los jóvenes que en su vocación y en el día a día busca “abandonarse a la voluntad de Dios como hizo el Hermano Rafael”. En la misma línea, el Hermano Carlos (profeso solemne) compartió, al afirmar que “La alegría del Hermano Rafael residía en su entrega generosa a Dios”. Por su parte el Padre Juan Javier animó a los jóvenes a no tener miedo y a dejarse ayudar, ya que “los planes de Dios son para hacernos grandes, no para amargarnos”.

Tras este momento el grupo se trasladó en autobús hasta La Trapa, para vivir “La alegría de la Eucaristía” presidida por nuestro Obispo. El templo del Monasterio, en el que se congregaron los jóvenes peregrinos y los hermanos cistercienses, fue el marco para un brillante colofón a la jornada.

En su homilía. D. Esteban, alentó a los jóvenes a “seguir el camino de la alegría que es el camino del amor”. Un amor que podemos encontrar “en la amistad, en el amor verdadero de las parejas de novios que se quieren, en el amor que podemos encontrar en las personas que entregan su vida al servicio de los demás... y sobre todo en el Amor verdadero y definitivo que nos ofrece Cristo, que vino al mundo a decirnos que Dios es amor”.

Asimismo, alentó a los jóvenes a seguir buscando a Cristo en la Palabra y la Eucaristía. Y a vivir la alegría del Amor desde el “amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a vosotros mismos”.



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